Ante el incremento en el costo de los alimentos y que el dinero ya no alcanza para el gasto, el hogar de Elena, de 45 años y madre de tres hijos, ha logrado subsistir gracias a los ingresos por remesas que mensualmente le envía su marido desde Estados Unidos.
Y es que, las mujeres son excelentes administradoras de remesas, ya que entre 350 y 390 dólares en promedio que mensualmente reciben, es decir, alrededor de entre seis mil 650 y siete mil 410 pesos, no sólo lo destinan para la alimentación, sino también para el pago de servicios y educación.
“Mi hogar depende 100 por ciento de lo que envía mi esposo desde el otro lado, porque lo que envía funciona para despensa, vestimenta, cosas que le piden a los niños en la escuela y los gastos de la casa, como la luz, el internet, el gas, todo”, dijo Elena, quien es oriunda de Hidalgo, la catorceava entidad en la recepción de remesas, con 2.8 por ciento del total de ingresos al país por este concepto.
En varias entidades del país y municipios, ellas son las encargadas de las labores cotidianas y la repartición de los recursos.
De hecho, estas divisas han permitido a Elena terminar de construir su casa y tener un baño “decente”, con regadera, pero sobre todo, para dedicarse en su totalidad a la atención de sus hijos.
De acuerdo con el Anuario Migración y Remesas 2022, realizado por BBVA México en alianza con el Consejo Nacional de Población (Conapo), del total de los hogares en México, aproximadamente uno de cada 20 en el país reciben remesas, y ocho de cada 20 están encabezados por mujeres.
Juan José Li Ng, economista Senior de BBVA México, refirió que con base en encuestas y estudios realizados al especto, en los hogares encabezados por una mujer, 80 por ciento de remesas las destinan a comida y vestido, 55 por ciento a un problema de salud, principalmente de los padres de ésta o de sus suegros; 16 por ciento, a vivienda; 7.0 por ciento, a educación; 5.4 por ciento, al pago de deudas; y 4.0 por ciento, a comprar un terreno.
Así que alrededor de 85 por ciento de los recursos que reciben por remesas se destinan a comida, vestido, salud y vivienda, preciso el especialista.
No obstante, también hay mujeres que invierten parte de estos recursos a otras cosas y un ejemplo de ello es Doña María, de 62 años quien vive en Michoacán, el segundo estado receptor de remesas, con 9.0 por ciento del total que ingresa.
“No es sólo recibir dinero y quedarse sentado esperando. Aunque mi esposo trabaja mucho no gana demasiado, entonces parte del dinero que envía lo invierto en comprar cositas, hacer comidas o pan para vender aquí en el pueblo, y así formamos un equipo”, contó Doña María a El Heraldo de México.
Mismo caso de Mary de 32 años, del Estado de México que con las remesas que recibe de su esposo y de su hijo, ha logrado poner un pequeño negocio, que es una tienda, para mantener el sustento de la casa.
Sin embargo, analistas advierten que para 2023 se espera un menor ingresos por remesas, por lo que algunas mujeres se verán obligadas a realizar más de una actividad para lograr compensar la disminución de estos recursos.
PAL