Cerca de 500 mil trabajadores domésticos remunerados no logran regresar al mercado laboral tras la pandemia del COVID-19, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En febrero de 2020, previo al impacto de la crisis sanitaria, dos millones 483 mil personas se desempeñaban en ese segmento. En junio, se registraron poco más de dos millones, es decir, 475 mil 606 menos.
En este rubro están empleados domésticos, cuidadores de personas, jardineros, choferes, lavanderos, planchadores, vigilantes, porteros y cocineros.
De cada 100 trabajadores de ese sector, 91 por ciento son mujeres, y se estima que más de 95 por ciento labora de manera informal.
Héctor Magaña, analista del Tec de Monterrey, comentó que muchas de estas personas perdieron su empleo porque las familias recortaron gastos a causa de la crisis económica y por el temor a contagiarse.
Antes de la pandemia, Karina Sánchez trabajaba en tres casas. Hace seis meses regresó a una de ellas, pero en las otras dos aún no, porque sus patrones tienen miedo al contagio.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), 33 por ciento de las mujeres que son trabajadoras domésticas se quedaron sin empleo a causa del COVID-19, alrededor de 746 mil. Al cierre de junio, 428 mil siguen sin laborar.
“Las trabajadoras del hogar de por sí tienen salarios bajos y no cuentan con seguridad social. Ahora, después de la pandemia, van a laborar en una situación más precaria”, comentó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
PAL