Desde hace algún tiempo la numismática (el estudio y coleccionismo de monedas) ha tomado gran importancia, no sólo por la belleza y brillo que desprende cada pieza, también porque en momentos de crisis puede ser tu salvación económico.
Pero no es fácil conservar cada moneda, por lo que si no tomas las medidas necesarias podrías estar cometiendo un grave error.
Para empezar, cada moneda cuenta con un brillo especial de origen, el cual se adquiere durante su proceso de manufactura y se denomina "patina", que dependerá del material con el que esté hecho cada pieza.
Es por ello que no se recomienda guardar las monedas en un álbum, ya que con el tiempo aparece humedad y los álbumes permiten el paso de aire entre sus páginas, lo que conlleva a que las piezas pierdan su brillo original, lo que impactará directamente en su valor histórico.
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Para los que conocen sobre la numismática, recomiendan encapsular cada moneda, ya que el material con el que están hechas y el vacío que se genera en el recipiente ayuda a conservarlas durante muchos años.
Otra recomendación
La mayoría de las monedas antiguas están hechas con bronce, cobre o plata, por lo que si no se tienen los cuidados adecuados el material se empezará a corroer y adquirirá colores verdosos, marrones o morados que se genera con el tiempo.
Pero por extraño que parezca, se recomiendo no limpiar las monedas que son muy antiguas, porque en vez de hacerles un bien estarías estropeando de manera permanente la patina.
Los materiales que más se recomiendan para la limpieza de las piezas son agua y jabón, así como sal y hasta vinagre, pero nunca las frotes, porque esto podría rayarlas y también perderían su valor.