El tenis profesional es un mundo muy difícil y exigente, donde la presión y la competencia son constantes. Los jugadores deben enfrentar no solo a sus oponentes en la cancha, sino también a la expectativa de fans, medios y patrocinadores. La dedicación y el esfuerzo son imprescindibles para alcanzar el éxito, lo que implica entrenamientos rigurosos, sacrificios personales y una constante búsqueda de la mejora.
Esta alta exigencia puede llevar a una carga emocional significativa, afectando la salud mental y física de los atletas, quienes deben encontrar un equilibrio entre su vida personal y profesional. En esta nota repasamos la vida y carrera de un jugador que llegó a la cima del ranking pero que siempre estuvo rodeado de polémicas
EL CONFLICTO MUNDO DEL TENIS
A lo largo de la historia del tenis, muchos jugadores y jugadoras han enfrentado problemas relacionados con los consumos y excesos. La fama y el estilo de vida asociado con el deporte a menudo pueden resultar abrumadores, lo que lleva a algunos a buscar refugio en sustancias como el alcohol o las drogas.
Ejemplos notables incluyen a figuras como Andre Agassi, quien ha hablado abiertamente sobre sus luchas con el abuso de sustancias, y la tenista Jennifer Capriati, que también enfrentó problemas de adicción. Estos casos destacan la necesidad de un mayor apoyo emocional y psicológico para los atletas, así como la importancia de abordar los desafíos que surgen en el mundo del deporte profesional. En este caso, reparasaremos la carrera y los escándalos de Ilie Nastase
LA CARRERA DE ILIE NASTASE
El tenista rumano Ilie Nastase inició su trayectoria en el tenis bajo la tutela de Ion Tiriac a finales de los años 60, aunque no fue hasta 1970 que logró obtener su primer título. A partir de ese momento, comenzó a ganar seguidores en todo el mundo gracias a su estilo de juego singular. La revista TENNIS lo calificó como “el talento natural más puro” en la historia del tenis, destacando su habilidad para adaptarse al juego de cualquier adversario, una capacidad poco común. Aunque poseía numerosas fortalezas, en algunos encuentros optaba por un juego más agresivo, variando su posición en la cancha según el rival.
“Era un jugador excepcionalmente dotado, el primero en realmente dominar el golpe liftado con ambas manos (derecha y revés). Un tenista virtuoso”, se indica en su perfil en el Salón de la Fama del Tenis, donde fue incluido en 1991. Su temperamento, sin embargo, era un aspecto constante de su personalidad. Se frustraba con facilidad y tenía una notable conexión con el público, siendo conocido por su carácter charlatán. Esto le valió el apodo de “Bufón de Bucarest”, así como varias multas y suspensiones por su actitud. Entre sus controversias, se destaca el momento en que lanzó una pelota a un juez de silla y cuando se pintó la cara de negro durante un partido de dobles.
En cuanto a sus logros, los más destacados son el Roland Garros de 1973 y el US Open de 1972. Sin embargo, su mayor frustración fue Wimbledon, torneo en el que alcanzó la final en dos ocasiones, en 1972 y 1976, pero nunca logró conquistar. En 1973, alcanzó el número uno del ranking mundial, el primero que se elaboró con el apoyo de computadoras.
Asimismo, se convirtió en un ícono para Rumania, llevando a su país a la final de la Copa Davis en tres ocasiones, una instancia que nunca volvieron a alcanzar. A su vez, se convirtió en una gloria de Rumania al llevar a su país en tres ocasiones a la final de Copa Davis, instancia que nunca más alcanzó.
LOS ESCÁNDALOS DE ILIE NASTASE
“Era un gran conquistador. Su enfoque no eran los partidos; le encantaba salir y ligar. No tenía reparos en ello. Sin embargo, cuando llegaba a la pista, su juego era excepcional. No necesitaba esforzarse como los demás y rara vez se lesionaba. Podía competir incluso en finales después de haber salido toda la noche de fiesta. Si hubiera priorizado el tenis, su carrera habría sido mucho más exitosa, aunque de por sí ya logró mucho”, comentó el exjugador colombiano William Álvarez en una entrevista con el diario español AS.
De hecho, Nastase mencionó en su biografía que había tenido relaciones con al menos 2,500 mujeres. También bromeó sobre los gastos que estas le generaban, afirmando: “Nunca informé a la Policía cuando me robaron la tarjeta de crédito, porque sea quien sea el ladrón, gasta menos que mi mujer”.
Una anécdota sobre su afición por las mujeres ocurrió en 1971 durante el Abierto de los Estados Unidos en dobles. Mientras jugaba, vio a una joven de 21 años llamada Dominique Grazia en las gradas. Al finalizar un partido, la invitó a cenar y descubrió que estaba de vacaciones en Estados Unidos junto a su madre y hermana.
En la siguiente ronda, se ausentó de su partido para tomar un vuelo a Europa en busca de Dominique, dejando plantada a su compañera de dobles, Rosie Casals, en las semifinales. Finalmente, se casó con Dominique en 1972, y aunque tuvieron una hija, el matrimonio duró hasta 1982. Posteriormente, Nastase contrajo matrimonio otras cuatro veces.
En abril de 2017, mientras era capitán del equipo rumano de Copa Davis, fue expulsado durante un partido contra Gran Bretaña por insultar a la británica Johanna Konta, quien terminó llorando, así como a la capitana rival, Anne Keothavong, y al árbitro, Andreas Egli.
Ese mismo año, hizo un comentario racista hacia Serena Williams cuando ella estaba embarazada, preguntando sobre el futuro bebé: “Ya veremos de qué color será. ¿Chocolate con leche?”.
Como consecuencia de estas acciones, la Federación Internacional de Tenis le impuso una suspensión hasta diciembre de 2020, prohibiéndole participar en partidos de Copa Davis y multándolo con 10,000 dólares.
Para agregar más controversia a su historial, al año siguiente fue detenido por la policía en Bucarest por conducir en estado de ebriedad. “Se le solicitó realizar una prueba de alcoholemia debido a su evidente estado de embriaguez, y en ese momento se mostró desafiante, insultando a los agentes, lo que llevó a su arresto y traslado al Instituto de Medicina Legal para la toma de muestras biológicas”, informó la policía en un comunicado de aquel entonces.
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