Este año se cumplen 22 años de que una de las promesas más grandes dentro del Atlas perdió una de sus piernas y con ello la afición se quedó sin uno de sus jugadores más importantes: César Andrade.
El siglo XX estaba a punto de terminar cuando el centrocampista ya era una referencia en el césped junto a jugadores como Juan Pablo “Chato” Rodríguez, Miguel Zepeda, Daniel Osorno y Mario Méndez Olague. Fue parte además del plantel que, antes del 2021, había llegado a su última final, la cual perdió ante Toluca.
Todo parecía sonreír para el nacido en San José Iturbide, Guanajuato; sin embargo, un accidente ocasionó que perdiera una de sus extremidades, sin la cual no pudo volver a brillar en la cancha como lo hizo en sus mejores momentos. Su último partido se dio frente al Morelia, aunque no jugó más de 10 minutos.
El accidente que marcó su vida
Era el 10 de noviembre de 1999 cuando el joven salía de un bar en Guadalajara, con él iba Javier Amador Palacios, sus compañeros en el equipo. La imprudencia que han tenido mile sde conductores a lo largo de la historia se repitió en el caso del mediocampista, quien insistió que podía conducir su automóvil sin importar que había consumido alcohol en el sitio.
Al estado inconveniente se sumó la pasión por la velocidad, pues el atleta presionó el acelerador hasta hacer llegar al vehículo a aproximadamente 120 kilómetros sobre hora.
El resultado de esta acción fue que el atleta perdió el control del volante y terminó por impactarse con una viga de contención, la cual terminó por entrar en el asiento del pasajero y salió por el del conductor.
Javier se fracturó el fémur, mientras que César tuvo una fractura expuesta, pérdida de gran parte del tejido de la pierna derecha, así como problemas arteriales que complicaron la condición de su pierna al punto de que de no atenderse podía perder la vida.
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¿Cómo perdió la pierna César Andrade?
Encerrados en el quirófano, los cirujanos trabajaron durante horas para tratar de salvar el más pequeño centímetro de la extremidad que pudieron salvar. Su primera previsión fue que había un 80 por ciento de posibilidades de que tuvieran que amputar.
El Atlas ganó su próximo encuentro con un marcador de tres a cero. Uno de sus compañeros se despojó de la camiseta para mostrar una playera con la leyenda "César y Javier, estamos con ustedes".
El peor de los pronósticos se cumplió y los médicos tuvieron que causarle al atleta el peor de los sufrimientos, ya que no solamente le causaban un dolor físico, sino que además acababan con su posibilidad de recuperarse y volver a las canchas.
Esto salvó la vida de César, quien pasó siete días en coma. Al despertar, el atleta que llevaba poco más de un año en el máximo circuito del futbol mexicano se encontró arrepentimiento, la ira, la incredulidad y la negación de haber perdido su vida por una mala decisión.
Aunque después de su recuperación, Javier volvió a caminar, su vida tampoco volvió a ser la misma, pues además de las fracturas en la pierna izquierda, las costillas y en el fémur, el accidente hizo que un pulmón y su hígado resultaran perforados. Después de 13 operaciones, el atleta recibió la misma noticia: no volvería a jugar.
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¿Qué fue de César Andrade?
Cuando salió del hospital tenía solamente 21 años de edad. El golpe de la situación no le llegó sino hasta diciembre, cuando comenzó a entender lo que había ocurrido. El alcohol fue su refugio durante un tiempo contempló la idea de acabar con su vida.
La recuperación física le tomó varios meses, pero la mental ha sido una labor de años. Parte de sus sufrimientos los imprimió en el libro El partido más difícil de mi vida, en el cual dedica 139 páginas a hablar de su vida, de su accidente y de cómo ha ido avanzando por la vida.
Esto lo catapultó para que se convirtiera en un orador y se percatara a su vez que no necesitaba de la cancha para poder "repartir juego" a las personas con el ejemplo. Además de esto, la familia, la religión y el entender que la vida no había terminado lo hicieron salir adelante.
De esta forma se ha encargado durante años de dar a conocer su historia para dejar en claro que la única responsabilidad sobre lo que le sucedió fue de él y de una mala decisión. A la par de esto, el atleta estudió Administración de Empresas y se preparó como entrenador.
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