En la más reciente edición de Cúpula, dedicada a celebrar a Elena Poniatowska, publicamos la primera parte de esta conversación. La escritora, periodista y Premio Cervantes de Literatura nos compartió recuerdos —casi instantáneas fotográficas— de momentos vividos y plasmados a través de su escritura; así como comentarios de su papel como madre de tres hijos. Hoy continuamos con la segunda parte de esta charla, aún con su centelleante voz que vibra por el teléfono.
Salvador Vera: Elena, si tuviera la posibilidad de guardar en una especie de cápsula del tiempo algunos elementos y objetos de nuestra cultura y sociedad, ¿qué guardaría para las próximas generaciones?, ¿qué elementos tangibles e intangibles le gustaría que el futuro disfrutara?
Elena Poniatowska: Bueno, tangibles, claro que guardaría a todos los grandes muralistas mexicanos, guardaría a José Clemente Orozco —a él por completo—, a Rosario Castellanos, porque me gusta mucho el regalo que nos hizo de su mundo indígena en Chiapas; también la poesía de Octavio Paz, que es espléndida; la Visión del Anáhuac de Alfonso Reyes; los grabados de Leopoldo Méndez y los de Alberto Beltrán; también guardaría a Mariana Yampolsky con su amor a la fotografía y a Manuel Álvarez Bravo: sus peluqueros en la calle —ya dije la palabra guardaría como mil veces—. Habría en ese lugar muchos autores a quienes admiro: Juan Rulfo y Carlos Fuentes, desde luego, ahora que estamos recordando su muerte, creo que murió el 16 de mayo de hace 10 años (murió el día 15). Una muerte inesperada, intempestiva; es un novelista que nos hace muchísima falta.
SV: ¿Cuáles son esas historias que no se tendrían que perder las nuevas generaciones?
EP: Juan Rulfo sería muy doloroso que se perdiera, y sería muy doloroso que se perdiera a Martín Luis Guzmán y Nellie Campobello, una escritora que sólo ahora se está reconociendo. Hace apenas 20 años que se habla de ella; es una gran, gran escritora, una enorme autora de la Revolución Mexicana; y hay muchísimas otras actuales, jóvenes, en fin, le podría dar una lista infinita de nombres.
SV: ¿Y algunos elementos intangibles, sentimientos, algo más que le gustaría conservar en esta cápsula que planteo?
EP: La mirada de los niños, que no sé si es tangible —quizá—. La mirada de los niños que dice “haga algo por mí”. Hay miradas de niños que a veces no quieren ni siquiera que les veas la soledad en los ojos, la tristeza o el abandono.
SV: Gracias, Elena. Es una fortuna tener la oportunidad de conversar con usted, maestra Poniatowska. Un mágico regalo son sus historias, plenas, profundas y la vez tan sencillas y ricas. Ha sido un gozo escuchar su voz por el teléfono y poder transcribir todo lo que nos comparte.
Nuevamente, ¡muy feliz cumpleaños, Elena, Elenísima, Poniatowska!
PAL