Entre los leoneses existía una leyenda: en tono de broma la gente afirmaba que la construcción del Templo Expiatorio Diocesano del Sagrado Corazón de Jesús terminaría cuando se acabara el mundo. El edificio más icónico de la ciudad de León, Guanajuato, tardó más de 80 años en ser terminado, pero la espera valió la pena: hoy, es un símbolo inconfundible de la ciudad que está cumpliendo 100 años.
“El templo se hizo con donaciones, básicamente limosnas, había una serie de organizaciones, sobre todo de mujeres, que iban por el centro pidiendo aportaciones para la construcción, mucha gente trabajaba sábados y domingos gratis en la obra”, dice el director de documentales históricos Guillermo Montemayor, quien se ha dedicado a estudiar la historia del emblemático inmueble.
A Montemayor le ha tocado indagar en el archivo histórico de la iglesia: a propósito de su centenario, rescató y digitalizó más de 250 fotografías que relatan el avance de las obras, desde el momento en que se colocó la primera piedra en 1921. “Es un templo que se construye a instancias del padre Bernardo Chávez Palacios, él consigue los terrenos, le donan dos grandes terrenos de más de 3 mil metros cuadrados y empieza la edificación”, cuenta.
Desde los inicios, el fundador fue motivado por su profunda devoción al Sagrado Corazón de Jesús por lo que quiso que la obra fuera inmensa: “El templo sorprende por su tamaño, el padre Chávez decía que quería que toda la gente tuviera que voltear al cielo para tener un instante de contacto con el Sagrado Corazón y por eso lo escogió en estilo neogótico, al principio el arquitecto Olvera le había presentado un edificio de estilo románico, pero no le gusto”.
Esa decisión acabó por definir la construcción, que en sus paredes, muestra las huellas de la colaboración que suscitó: canteras de diferentes tipos (grises, rosas, verdes), pisos que fueron traídos de Brasil y Guatemala y vitrales que se elaboraron especialmente para el edificio en Encarnación de Díaz, Jalisco, un lugar conocido como La Chona.
Montemayor dice que no hay duda, el Templo Expiatorio: “Es uno de los símbolos de la ciudad, es muy famoso junto con el Arco de la Calzada y el equipo León”. Bajo la construcción aguarda otra sorpresa: “cuando lo construyeron se dieron cuenta que tenía cimientos muy profundos, casi de 10 y construyeron una serie de criptas, además de que existen 11 capillas que están llenas de símbolos y que si no te lleva un guía te puedes incluso perder”.
Datos
- Los portones son de bronce sobre madera y fueron hechos por el escultor José Carlos Ituarte González.
- El Altar está hecho con dos tipos de mármol: blanco Alejandra y verde tical, traídos de Guatemala.
- La campana principal del Templo pesa más de dos toneladas y media
- El tímpano cuenta con tres esculturas en mármol con diseños de Ponzanelli
dza