La escritora mexicana Margo Glantz recibió la medalla Carlos Fuentes en el marco de la Feria Internacional del Libro. Al recordar los inicios en la literatura y la polémica que levantaba su narrativa llena de erotismo y sexualidad, reía al ver que muchos de sus compañeros leían a escondidas su obra.
“Me decían, pero Margo, tú tan bonita que eres y escribes esas cosas sucias. Mis compañeros de academia no leían mi libro, pero luego veía que se lo llevaban y lo leían a escondidas. ¡Qué maravilla de libro escribí! Hoy me reeditan en Chile con dibujos realmente escalíticos, lo cual me vuelve ¡una escritora asquerosa! Transcribo mi mente morbosa a una escritura menos morbosa”, dijo Glantz arrancando las risas de la audiencia.
En la apertura del Salón Literario Carlos Fuentes, la creadora de El rastro, Las genealogías y Sor Juana Inés de la Cruz saberes y placeres, explicó su fascinación por el cuerpo humano y como tan solo de la sangre por ejemplo puede escribir sobre regresiones, historias noticiosas, ciencia, elementos de diversos y antagónicos contextos.
“En El rastro trabajé con muchos elementos de ciencia, un personaje que moría de un infarto al corazón, trabajé mucho lo que se refería a la circulación de la sangre, desde el punto de vista fisiológico, anatómico, encadenado al texto principal que es la narración de una muerte. Me puse a averiguar cómo funcionaba la circulación de la sangre, pero al mismo tiempo, pensaba en algo cotidiano como el corazón símbolo del sentimiento, están insertados elementos de tango, de boleros, de canción ranchera. Son paradigmas, la violencia con la que se separa el corazón biológico con el sentimental”, añadió.
Margo Glantz subraya que ella en su mente piensa en encajes textuales y lleno de referencias, como la noticia periodística de un hombre que se hizo el bypass en Argentina y luego se suicidó.
“Descubre algo maravilloso como el bypass, que cura y luego se suicidó de un tiro al corazón. Esas historias maravillosas que me interesan y que he manejado mucho en libros. Yo me acuerdo que son pequeños elementos muy pulverizados que estoy manejando una autobiografía mía, no canónica, pulverizada pero al mismo tiempo es una autobiografía literaria. Estoy planteando todo lo que para mí es importante, que me han fascinado siempre y que aparecen en diversas cápsulas en el texto”.
La nonagenaria se dice tan fanática de la tecnología que el día que no escribe al menos un tuit, se siente como “sino trajera ropa interior, ¡qué horror! Aquí me ven casi a los 92 años vestida muy elegante porque me vestí como para la primera comunión”.
Margo Glantz fue apapachada por la audiencia que le escuchaba atenta hablar de musas, brujas, hadas, hechiceras, vampiros, andrógenos, erotismo y la diversidad sexual.
“Ya no solo hay hombre y mujer, hay transexuales, homosexuales, bisexuales, etc. Parece que todavía hay muchas posibilidades de categorías nuevas dentro de la sexualidad, según las personas decidan manejarlas. Pienso que de alguna forma la novela Aura inicia, plantea ese tipo de problemática que se remonta a mucho tiempo”.
La autora mexicana aplaudió el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances que recibió ayer su amiga chilena Diamela Eltit y leyó parte de la novela Aura, de Carlos Fuentes.
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