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Platillo japonés horroriza las redes sociales por tener peces vivos en salsa de soja | VIDEO

Los comensales experimentan extrañas sensaciones durante su consumo, estimulando la lengua y las papilas gustativas de forma inusual

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El platillo tiene como ingrediente base un minúsculo pez translúcido que se come vivo.
El platillo tiene como ingrediente base un minúsculo pez translúcido que se come vivo.Créditos: Tomada de video.

El platillo japonés conocido como “Shirouo no Odorigui” está causando horror entre los usuarios de redes sociales por tener como ingredientes principales pequeños peces vivos translúcidos nadando en salsa de soja el cual se sirve en un plato, acompañado de un huevo crudo de codorniz.

Como se puede ver en el video difundido en diferentes plataformas como X, Facebook e Instagram, comer el minúsculo pez es toda una experiencia al verlos retorciéndose mientras son colocados en el plato.

De acuerdo con los amantes de estos platillos, se come con los palillos, se cogen los peces y se introducen rápidamente vivos en la boca. Las personas experimentan la extraña sensación de que el pez "baila" o se retuerce en la boca, estimulando la lengua y las papilas gustativas de forma inusual antes de ser tragado o masticado.

El platillo se sirve acompañado de un huevo crudo de codorniz. Créditos: Tomada de video.

Algunos acompañan el platillo con una copa de licor shochu, que ayuda a aliviar cualquier sensación persistente que los peces continúan moviéndose en la garganta o el estómago. Las personas se los comen vivos porque comienzan a deteriorarse apenas mueren.

Este diminuto pez parecido a una anguila, llamado shirouo, abundaba en todos los ríos de Fukuoka, viaja desde el océano hacia las aguas frescas de los ríos de esa ciudad para desovar y procrearse.

Orígenes del consumo de shirouo vivo

Mientras los campesinos disfrutaban de su bebida junto al río, algo curioso llamó su atención. Entre las aguas estancadas de la inundación, se encontraron pequeños peces translúcidos, atrapados por las corrientes. Intrigados, los aldeanos reconocieron los pececillos y, con una mezcla de valentía y curiosidad, los comieron vivos mientras bebían su sake. Este acto aparentemente espontáneo dio inicio a una tradición única: el consumo de shirouo, pequeños

Esta leyenda ha trascendido en la cultura japonesa, convirtiéndose en una de las más emblemáticas de la gastronomía de Fukuoka, un recordatorio de cómo una historia de supervivencia y tradición se fusionaron en la creación de este peculiar.

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