En agosto de 1912, la familia Dunbar de Opelousas, Luisiana, emprendió un viaje de pesca que cambiaría sus vidas para siempre. Bobby Dunbar, de cuatro años, desapareció durante la excursión en el lago Swayze. La desaparición del niño provocó una búsqueda frenética que se extendió por todo Estados Unidos. Ocho meses después, un niño que coincidía con la descripción de Bobby fue encontrado en Mississippi, bajo la custodia de William Cantwell Walters, un reparador de pianos y órganos itinerante.
Percy y Lessie Dunbar, los padres del niño desaparecido, fueron llamados para identificar al niño encontrado. Los relatos de los periódicos de la época varían significativamente. Mientras algunos decían que el niño reconoció a Lessie de inmediato, otros afirmaban que la madre no estaba segura de que fuera su hijo. Al final, los Dunbar afirmaron que el niño era Bobby, basándose en unas cicatrices y lunares que supuestamente coincidían con los de su hijo. La identificación positiva fue celebrada con gran fanfarria y el niño fue llevado de regreso a Opelousas en un desfile triunfal.
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¿Qué es lo que pasó con Bobby Dunbar?
La situación se complicó cuando Julia Anderson, una mujer de Carolina del Norte, llegó para reclamar al niño como su hijo, Bruce Anderson. Anderson explicó que había permitido que Walters, con quien había trabajado, se llevara a su hijo por unos días. Sin embargo, al no poder identificar de inmediato al niño como suyo y debido a la falta de recursos para una batalla legal prolongada, sus reclamos fueron desestimados. Walters fue acusado de secuestro y condenado, mientras que el niño permaneció con los Dunbar.
La condena de Walters y la adjudicación del niño a los Dunbar dejaron a muchos con dudas. Los residentes de Poplarville, Mississippi, donde Walters y el niño habían pasado tiempo, testificaron que el niño era Bruce Anderson. Sin embargo, sus testimonios fueron ignorados y Walters fue condenado. Julia Anderson regresó a su hogar y comenzó una nueva vida, aunque siempre mantuvo que su hijo había sido secuestrado.
¿El pequeño era Bobby Dunbar?
Décadas después, en 2004, la tecnología moderna proporcionó respuestas que la justicia de la época no pudo. Margaret Dunbar Cutright, nieta de Bobby Dunbar, inició una investigación exhaustiva que incluyó entrevistas y la revisión de documentos históricos. Los resultados de su investigación llevaron a un análisis de ADN que finalmente resolvió el misterio. Las pruebas demostraron que el niño criado como Bobby Dunbar no tenía parentesco con la familia Dunbar. El verdadero destino de Bobby Dunbar aún es desconocido, pero se presume que pudo haber muerto en el lago Swayze durante el fatídico viaje de pesca.
