La creadora de contenido Anastasia Pokreshchuk, de 36 años, originaria de Kyiv, Ucrania, se ha vuelto tendencia en redes sociales por su apariencia y por su adicción a las cirugías estéticas. Su caso ha fascinado y también preocupado a muchos ya que su transformación ha sido radical. En la actualidad cuenta con más de 675 mil seguidores en Instagram. Desde muy joven, Anastasia se vio envuelta en una búsqueda incansable por la perfección estética.
Según ha contado, comenzó su viaje con mejoras sutiles, pero con el tiempo, su deseo por modificar su imagen se intensificó. "Quiero mirarme al espejo y sentirme extremadamente hermosa," comentó en una entrevista para el periódico Daily Mail a inicios de este año. Ha gastado miles de dólares para hacerse múltiples procedimientos, desde aumentos de pómulos hasta levantamientos brasileños de glúteos, conocidos por su riesgo.
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Anastasia Pokreshchuk es constantemente acosada por sus cirugías
Pese a las críticas y los comentarios negativos en las redes, Anastasia mantiene una postura firme sobre sus decisiones. Argumenta que sus cirugías son una forma de autoexpresión y no una búsqueda de aprobación externa. "No hago esto por nadie más que por mí misma" dijo. Y contrario a lo que se cree, su vida no gira en torno a entrar al quirófano.
Ella es graduada en psicología por la Universidad Nacional Taras Shevchenko de Kiev y sostiene que esto le ha ayudado a entender y manejar las complejidades de la interacción humana, así como para manejar su carrera como influencer, ya que no solo comparte su estilo de vida, sino que también ofrece consejos sobre relaciones y bienestar personal.
Anastasia Pokreshchuk es toda una celebridad por su cambio físico
Anastasia ha mencionado que ha tenido que enfrentarse a comentarios en público, pero aunque sus amigos encuentran esto incómodo, ella lo maneja con una sorprendente seguridad. "En la vida real, la gente quiere abrazarme y hacerse fotos conmigo", relató. Ella no tiene planes de detener sus transformaciones, aunque reconoce que nunca se puede decir "nunca" respecto a cambiar de opinión.
Algunos especialistas en salud mental señalan que casos como el suyo podrían ser indicativos de un trastorno dismórfico corporal, una condición en la que la persona se obsesiona con defectos percibidos en su apariencia, que para otros pueden ser insignificantes o inexistentes.