MUNDO DE LA MÚSICA

¿Por qué David Bowie tenía los ojos de diferente color? Esta es la verdadera historia detrás de su "heterocromía"

La vida y obra de esta leyenda de la música estuvo rodeada de mucho misticismo, pero una de las preguntas más frecuentes era la apariencia de sus ojos

TENDENCIAS

·
El artista dejó un enorme legado en el mundo de la música gracias a su indudable talento.
El artista dejó un enorme legado en el mundo de la música gracias a su indudable talento.Créditos: Instagram/@davidbowie

Leyendas de la música hay muchas, pues son muchas las y los músicos que han contribuido a labrar el camino que hoy se encuentra un poco más pavimentado para quienes buscan hacerse un espacio en esta historia infinita. Pero entre las muchas figuras destacadas que han construido la industria musical que conocemos actualmente, se encuentra el inigualable David Bowie, quien con su estilo camaleónico y su influencia artística logró crear a personajes que hoy en día siguen siendo igual de icónicos.

Pero además de su indudable talento musical y estilo a la hora de pararse frente a un escenario, han sido los ojos de Bowie los que captaron aún más la atención del mundo. Y es que durante décadas, miles de personas se han maravillado con el aparente "desigual" color de sus ojos, un rasgo que sumaba misterio a su imagen de estrella de rock y de referencia en el mundo de la moda y el arte.

A menudo descritos como "ojos de diferente color", sus seguidores han atribuido esta característica a la heterocromía, una condición en la que los ojos de una persona tienen colores distintos. Sin embargo, la verdadera historia detrás de los ojos de David Bowie no es tan simple como un caso de heterocromía genética, sino que como todo en su vida, hay una historia marcada por un accidente, una amistad y una lección sobre cómo la vida puede cambiar en un instante.

Los ojos de David Bowie como símbolo de misterio y rebeldía

Y es que la primera impresión que Bowie causaba iba más allá de su música o de su imagen en constante transformación, pues sus ojos de aspecto enigmático, aparentemente de dos colores diferentes, despertaban una fascinación inmediata. Este rasgo peculiar contribuía al misterio y atractivo que rodeaban su figura, y, por mucho tiempo, muchos asumieron que era una condición natural y para entender cómo el cantante obtuvo su característico aspecto ocular, debemos retroceder a sus años de juventud.

Bowie continuará viviendo en nuestra memoria, mirándonos con esa inconfundible y penetrante mirada, recordándonos siempre que la verdadera belleza está en los detalles únicos e irrepetibles de cada uno de nosotros.
Fotografía: Instagram/@davidbowie

David Robert Jones, conocido mundialmente como David Bowie, nació en Brixton, Londres, el 8 de enero de 1947; antes de ser la estrella de rock que revolucionaría el mundo de la música y el arte, Bowie fue un joven londinense que creció en el ambiente artístico y creativo del Reino Unido de la posguerra. Como adolescente, Bowie era un joven inquieto y curioso que pasaba su tiempo explorando la música y experimentando con diferentes formas de expresión artística y fue durante esta época que, a los 15 años, ocurrió el incidente que cambiaría su vida (y su mirada) para siempre.

La historia nos lleva a un día cualquiera de 1962, cuando Bowie, aún llamado David Jones, estaba en la escuela secundaria; su mejor amigo en ese momento era un joven llamado George Underwood y ambos compartían una pasión por la música, el arte y, como suele suceder en la adolescencia, las primeras experiencias en el terreno amoroso. En una ocasión, los dos amigos se vieron involucrados en una disputa por una chica que ambos gustaban, pero la situación escaló y lo que comenzó como un simple desacuerdo se convirtió en un altercado físico.

En un momento de furia, Underwood lanzó un golpe directo al rostro de Bowie, impactando con fuerza en su ojo izquierdo, pero lo que al principio parecía una herida común pronto se revelaría como algo mucho más serio. El golpe había dañado gravemente el ojo de Bowie, específicamente, su pupila. Bowie fue llevado de urgencia al hospital, donde se le diagnosticó una parálisis del esfínter del iris, una condición que impediría que su pupila se contrajera o dilatara normalmente, lo que significaría que su pupila izquierda permanecería permanentemente dilatada, dándole un aspecto notablemente diferente a su otro ojo.

La historia de su "heterocromía" es en realidad la historia de un accidente, pero también es un reflejo de su capacidad para transformar cada aspecto de su vida en arte.
Fotografía: Instagram/@davidbowie

Desde aquel momento, los ojos de Bowie se convirtieron en uno de sus rasgos más distintivos, pero a pesar de lo que muchas personas creen, Bowie no tenía heterocromía. La heterocromía, que a menudo es genética, implica una diferencia en el color del iris de cada ojo, mientras que lo que Bowie padecía era anisocoria, una condición que afecta el tamaño de la pupila, haciéndola diferente entre un ojo y otro.

Fue así como en el caso de Bowie, su pupila izquierda permaneció constantemente dilatada, lo que causaba un efecto visual único: el ojo afectado parecía más oscuro y más grande, en comparación con el ojo derecho, cuya pupila podía contraerse y dilatarse normalmente. Este contraste entre sus ojos no solo le otorgaba una apariencia misteriosa, sino que creaba una ilusión de color diferente en cada ojo, aunque ambos iris eran, en realidad, del mismo tono azul, pero la luz y la sombra actuaban de forma distinta en cada ojo, dándole una mirada penetrante y asimétrica.

A pesar de lo sucedido, la amistad entre George Underwood y Bowie perduró ya que en lugar de separarse, ambos jóvenes lograron reconciliarse. Underwood continuó siendo parte del círculo artístico de Bowie e incluso llegó a colaborar con él en su carrera artística, diseñando algunas de sus portadas de álbumes y apoyando sus proyectos. Bowie, en diversas ocasiones, expresó que no guardaba ningún resentimiento hacia su amigo y que, en cierto modo, le agradecía por el golpe accidental, ya que le había proporcionado una imagen icónica.

Sus ojos, con su aparente dualidad y enigmática diferencia, nos recuerdan que a veces nuestras "imperfecciones" pueden ser nuestra mayor fuente de fortaleza y singularidad.
Fotografía: Instagram/@davidbowie

El simbolismo y la mitología de los "ojos de Bowie"

A pesar del trauma inicial, Bowie tomó el incidente con filosofía, e incluso lo consideró como una bendición disfrazada, mencionando que su "ojo inusual" lo había ayudado a destacar y a proyectar una imagen única. Esta peculiaridad se alineaba perfectamente con su personalidad y su arte: Bowie no era alguien que encajara en moldes o normas convencionales, y su mirada reflejaba esa rebeldía.

De esta forma, la apariencia de los ojos de Bowie no solo se convirtió en un rasgo físico distintivo, sino en un elemento simbólico dentro de su narrativa artística. Para las y los fans del cantante es bien sabido que como músico y artista, Bowie se reinventó constantemente, adoptando diferentes personajes, como Ziggy Stardust y el Duque Blanco, utilizando el concepto de la dualidad y la ambigüedad en su música y estética. Su apariencia única, incluyendo sus ojos "diferentes", reforzaba esta dualidad, como si sus miradas estuvieran en dos mundos distintos.

Bowie aprovechó esta característica para sumarla a sus personajes y a sus presentaciones ya que su mirada extraña y casi sobrenatural contribuía a la atmósfera de alienación y a la naturaleza "extraterrestre" que rodeaba a personajes como Ziggy Stardust. De la misma forma, en el contexto de su arte, sus ojos se convirtieron en un símbolo de la "otredad", una característica visual que desafiaba las normas y expectativas convencionales.

A lo largo de su vida y carrera, David Bowie nos enseñó que la verdadera originalidad no reside en la perfección, sino en la capacidad de abrazar nuestras imperfecciones y hacer de ellas una parte integral de nuestra identidad.
Fotografía: Instagram/@davidbowie

Durante años, los ojos de Bowie fueron objeto de múltiples especulaciones, pues a lo largo de su carrera surgieron teorías que intentaban explicar el origen de su peculiaridad. Algunos rumores apuntaban a que se había sometido a una operación cosmética para lograr ese efecto único; otros creían que utilizaba lentes de contacto especiales. Pero, como ya sabemos, la explicación era mucho más simple y estaba basada en un incidente de juventud, sin embargo, este misterio y las teorías que lo rodeaban contribuyeron a consolidar la imagen mítica de Bowie como un artista enigmático y multifacético.

La creencia errónea de que Bowie tenía heterocromía se volvió tan extendida que, incluso después de su fallecimiento en 2016, muchos obituarios y artículos de tributo mencionaron la condición como un hecho. Pero para los que conocían la verdadera historia detrás de su mirada, esta era una muestra más del misticismo que rodeaba al artista ya que Bowie no necesitaba corregir a sus seguidores o desmentir estas teorías: su vida y obra estaban rodeadas de suficientes capas de ambigüedad como para que la verdad sobre sus ojos fuera solo otro misterio más en su leyenda.

El camino de Bowie desde una infancia común en Londres hasta la cima del éxito mundial fue marcado por múltiples desafíos, pero el incidente de su ojo es uno de los pocos que tuvo un impacto físico visible en él. En lugar de intentar ocultar o disimular su diferencia, Bowie la exhibió como un símbolo de resiliencia por lo que al observar sus fotografías, sus videos y sus presentaciones, notamos que nunca trató de restarle importancia a sus ojos; al contrario, los convirtió en una parte esencial de su "marca" artística.

La historia de los ojos de David Bowie, entonces, va más allá de una simple explicación médica. Es una historia sobre cómo los accidentes y las imperfecciones pueden convertirse en los detalles que nos definen y nos hacen únicos.
Fotografía: Instagram/@davidbowie

Sigue leyendo:

A 35 años de la caída del Muro de Berlín, estas son 5 canciones para conmemorar este evento histórico

Así se hizo la portada de "Wish You Were Here", el disco de Pink Floyd en donde tuvieron que quemar a un hombre