El orden clerical es uno de los elementos que ha permitido que la religión católica permanezca en el tiempo, puesto que le da coherencia al culto y hace que sus distintos integrantes puedan ejecutar su trabajo con claridad.
Se dice que la instauración de este orden es la obra de un hombre, San Lino, quien fue nombrado obispo de Roma a la muerte de San Pedro y a quien se le considera el segundo Papa de la historia.
¿Quién fue San Lino?
Nacido en una localidad del centro de la Península Itálica, San Lino fue uno de los primeros cristianos. Amigo personal de San Pedro, se dedicó a dar testimonio en las regiones cercanas a su lugar de nacimiento.
Sobre él se dice que se le cita en una de las Cartas a Timoteo, escritas por San Pablo, lo que otorgaría un cierto carácter histórico a su existencia. Poco más se sabe de él en registros históricos.
Según la leyenda, a la muerte de San Pedro, los cristianos de Roma se unieron y eligieron a San Lino como su obispo. De hecho, se dice que fue idea del religioso realizar la división de labores entre diáconos, sacerdotes y obispos, misma que sigue practicándose hasta nuestros días.
También se dice que fue él quien instituyó que las mujeres se cubrieran el cabello al recibir la eucaristía, así como la reglamentación de algunos aspectos importantes de la liturgia. A su muerte, fue enterrado junto a San Pedro en la colina del Vaticano.
¿Qué otros santos católicos se celebran hoy?
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