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Mujeres en San José del Cabo impulsan un legado que compartir

En San José del Cabo, Cecilia y Gabriela Aragón junto con Nathalie Buchler lideran proyectos que marcan la diferencia en la región

Mujeres en San José del Cabo impulsan un legado que compartir
Foto: Miriam Lira

Siempre hay un legado que compartir. Con eso en mente, Cecilia y Gabriela Aragón, poco a poco, han ido forjando el propio, uno que involucra una fascinante huerta orgánica en el corazón de San José del Cabo que llama a hacer comunidad, a la cooperación, a la sustentabilidad y al amor por la tierra en medio de uno de los suelos más complicados de la región por la creciente falta de agua, y, por otro lado, en uno de spots turísticos más importantes de nuestro país: Los Cabos.  

“Mis bisabuelos se hicieron de esta propiedad que hoy conocemos como La Huerta Escondida que tiene la particularidad de que justo por debajo de ella pasa un manto acuífero, entonces tenemos la fortuna de contar con agua en una zona en donde casi no hay y es donde es muy difícil cosechar”, asegura Cecilia Aragón, quien junto con Gabriela Aragón encabezan el proyecto de La Huerta Escondida que busca también acercarse a los restaurantes de la zona para ofrecerles sus parcelas, desde las cuales puedan cosechar sus ingredientes sin la necesidad de traer sus materias primas desde lugares mucho más lejanos. 

“Por supuesto, es un recurso controlado, tenemos un límite de lo que podemos usar y lo demás corre para uso del pueblo. Nosotras tenemos la idea de compartir nuestra tierra, es por ello que estamos creando este proyecto colaborativo en el que los restaurantes de San José del Cabo puedan venir a nuestra huerta y crear sus propias parcelas, porque aquí se da de todo”, indica Gabriela. 

(Créditos: Miriam Lira)

“Tenemos una gran diversidad de frutas y verduras, la materia prima que ellos necesitan y que muchas veces no está a su alcance tan fácilmente, aquí está. Entonces nosotros les proponemos venir y darles las facilidades para que cosechen en un sitio privilegiado”, reitera Cecilia, al tiempo que recuerda que la huerta es el resultado del esfuerzo de décadas de sus ancestros, quienes llegaron a San José del Cabo con la esperanza de prosperar de la mano de la agricultura y la ganadería. 

“La Huerta Escondida es hoy un legado que está para compartir, mi abuelo empezó vendiendo quesos y ahora toda la familia está involucrada. Estamos en un lugar extremadamente turístico, para nosotras lo más fácil sería decir, vale, lo rentamos, pero queremos ayudar a crear conciencia, preservar nuestra huerta y compartirla con la mayoría de las personas que viven y visitan San José del Cabo”, finalizó Cecilia. 

(Créditos: Miriam Lira)

 Un oasis liderado por Nathalie Buchler 

Nathalie Buchler llegó a México en 1996 desde Alemania con el fin de realizar prácticas de hospitalidad y trabajar solo por seis meses, pero ya lleva toda una vida en San José del Cabo, hogar del primer hotel boutique que abrió en Los Cabos: Casa Natalia.  

Este destino de ensueño, liderado por la visionaria Nathalie Buchler, ofrece a sus huéspedes una experiencia única por la gran dedicación de Nathalie al servicio y más allá de eso por servir a la comunidad, sobre todo femenina, como ejemplo de empoderamiento, “no importa de dónde vengas, el idioma que hables, si trabajas con esmero y dedicación, puedes comerte el mundo”, asegura, quien hoy se ha convertido en una referencia para el turismo de calidad en México. 

“Llegué a México en 1996, me iba a quedar solo seis meses, luego firmé un contrato de un año y pues aquí sigo. México me flechó de inmediato, me enamoré del idioma, de la cocina, del clima, la gente y, pues, me casé con un francés que conocí aquí en México, pero ahora ya tengo un novio mexicano”, bromea Nathalie, quien ha hecho de Casa Natalia no solo un hotel ya emblemático de Los Cabos, sino una galería andante de arte entre los exteriores e interiores del lugar. 

(Créditos: Miriam Lira)

“El arranque fue muy complicado, mi hermana y su esposo son arquitectos, ellos hicieron todo el planteamiento del hotel, ellos me ayudaron a crearlo, porque al inicio esto era solo un huerto y mi idea era crear un oasis en el centro de San José, y así creamos el primer hotel boutique del destino. Nunca tuve miedo de emprender porque un trabajo me llevó a otro y se fueron dando las cosas, confíe mucho en mi capacidad y ahora es lo que les transmito a mis hijos, trabajo, paciencia y dejar que las cosas fluyan”. 

Rodeado de exuberantes jardines y palmeras, este sitio ofrece una escapada serena lejos del bullicio de la ciudad. Casa Natalia también es pionera en implementar medidas para reducir su impacto ambiental, como la conservación de agua y energía, el uso de productos orgánicos y la promoción de la cultura local y artesanal.  

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