PANORAMA MODA

La moda en pleno Siglo XXI, ¿capricho o necesidad?

Cada prenda es una manifestación de quienes somos, desde nuestra cultura hasta identidad. Y, nos guste o no, participamos dentro de esta industria todos los días

TENDENCIAS

·
Cada prenda es una manifestación de quienes somos, desde nuestra cultura hasta identidadCréditos: Foto: Pixabay

La ropa es una manifestación cultural que abarca todo, desde la política, arte, hasta la tecnología. Ejerce un papel muy importante en nuestra vida pues explica quiénes somos como individuos y como civilización. Querido lector, tu y yo al igual que el resto del mundo, cada mañana tenemos que elegir que ponernos.

Ese atuendo que elegimos lo seleccionamos de acuerdo con muchas variantes, pude ser la ocasión, estado de ánimo, las prisas o simplemente lo que más cerca teníamos, pero ese outfit está compuesto por prendas que llegaron a tu vestidor por una selección premeditada, primero por la persona que las diseñó, después por el comprador que las eligió para esa tienda, y después por ti que las compraste.

Esto quiere decir que nos guste o no participamos de la industria de la moda todos los días de nuestras vidas. Marta D. Riezu dice en su libro: La moda justa, que el concepto de moda “se asocia a frivolidad y antojo, a una industria insaciable que atiborra las tiendas de caprichos. Pero si cambia el enunciado y se habla de ropa pasa a ser una cuestión que nos atañe a todos”. Ella dice que elegíamos algo por ser útil, bonito, porque nos solucionaba un problema o nos atribuía un estatus.

Y dice elegíamos en pasado porque hoy 2022 después de una pandemia, el fenómeno de sobreproducción que existe con el fast fashion y siendo la industria de la moda la segunda más contaminante del mundo, nuestros hábitos de consumo han cambiado, no en todos, pero es un buen comienzo.

¿En qué ha cambiado nuestra forma de elegir lo que consumimos de moda?

Somos consumidores más responsables, buscamos ética en los procesos de producción como:

1. Bienestar social en donde los trabajadores lleven una vida digna con salarios apropiados y condiciones favorables de trabajo.

2. Bienestar animal, en el cual no se maltrate, abuse ni experimente con animales.

3. Bienestar del medio ambiente, se busca un uso sensato y consciente de los recursos naturales, evitar seguir dañando los ecosistemas.

También revisamos etiquetas, pedimos transparencia en las cadenas de suministro y que sean empresas con valores.

Lo importante es que hay muchas formas de ser sostenible o empezar a serlo sin que esto conlleve a sentirse como un sacrificio, más bien un pacto de calidad y respeto, de generar conciencia social.

Incursionar en nuevos mercados, sin ningún tipo de prejuicios, como son el de alquiler de prendas en vez de comprar, y también el de compra y venta de productos preusados o “previamente amados”.

Es replantearnos el modelo industrial de la moda que tenemos hoy para reexistir de una forma ética, pues el vestirnos y el vivir es una necesidad no un capricho, pero la forma de hacerlo debe cambiar. Comprar con prudencia, conociendo a quién, a precio justo y a una firma confiable. Viendo que soluciona o aporta a nuestra vida aquello que estamos comprando, “contemplando nuestra indumentaria como una inversión, como una decisión inteligente de nuestra economía”, dijo Marta D. Riezu.

Por Brenda Jaet

Ilustración: Erik González

MAAZ