Marcelo Urbano es un hombre argentino de 58 años que ha tenido una vida llena de carencias y tras una larga batalla, se hizo justicia, pues legalmente se reconoció que es hijo biológico de un empresario, por lo que ahora buscará interponer una demanda millonaria contra su padre.
Desde muy pequeño, Urbano tuvo que trabajar para sobrevivir lo cual le impidió terminar la escuela, fue cartonero y ahora es albañil. Su madre falleció muy joven por una enfermedad, pero antes de irse, se aseguró de que su hijo supiera quien es su padre.
Cuando ella tenía 19 años quedó embarazada de uno de los hijos del dueño de la casa en donde trabajaba como empleada doméstica, esto ocasionó que la despidieran.
Aunque a los 21 años, el hombre se reunió por primera vez con su padre, Eduardo Lapania, pero negó el parentesco, por lo que decidió emprender una batalla legal luego de realizarse dos pruebas de ADN que resultaron positivas y de acuerdo con el juez, debería llamarse Marcelo Omar Urbano Lapania.
Según su abogado, este problema conllevó a una disparidad entre Urbano y sus medios hermanos, como el hecho de que apenas pudiera leer y escribir. Cabe destacar que el reclamo económico por daños y perjuicios sería de al menos 100 millones de pesos, pero podría alcanzar los 200 millones.
En este sentido, Marcelo podría ser heredero del 33 por ciento de la fortuna de su padre, quien ha destacado en los negocios de gas y petróleo.
El hombre habló con medios locales y aseguró que el dinero lo usaría para cambiar la vida de sus cinco hijos y nietos, a quienes aprecia bastante y aseguró que el dinero no podría comprar una familia tan bonita como la que él tiene.
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