Existe otro problema en el mundo de las marchas, que es un nuevo fenómeno que se verifica en las semanas recientes, a partir de las marchas del 13 y 27 de noviembre, que es “a ver quién la tiene más grande” (la convocatoria más grande).
¿Qué es una marcha? ¿Para qué sirve una marcha?
Felipe de la O, brillante politólogo, especialista en el estudio de la democracia y sus formas de participación señaló que una marcha es un fenómeno complejo y es muy del siglo XX. El objetivo de toda marcha es visibilizarse en un espacio público.
En una marcha tradicional importa el tamaño de la marcha (para visibilizar el poder numérico), la pancarta y la consigna. Busca crecer en el tamaño y mantenerse como un movimiento.
Ahora en el siglo XXI, importa tamaño de la marcha, pancarta, consigna y selfie (posmarcha)
ESCUCHA esta y otras complejidades sobre las marchas en este nuevo episodio de La Pinche Complejidad.
La posmarcha
Tan importante es la marcha como la posmarcha. La posmarcha tiene que ver con una vez que se ha visibilizado, qué se habla de la marcha y cuál es el efecto. Tiene que ver sí, de qué tamaño fue, quiénes asistieron, cómo se asistió, cuál es la legitimidad política de estos intereses. Permite una forma de participación ciudadana compleja.
Una marcha apuesta a construir una narrativa a partir de que ocurrió la marcha.
La marcha del 13 de noviembre fue en defensa de una institución política, a diferencia de la marcha del 27 de noviembre, que fue para respaldar a un liderazgo político y desarrolló mecanismos de movilización y una narrativa ya conocida.
Ahora, las dos marchas en el postdebate o en la posmarcha van a desarrollar una narrativa, van a definir el debate público mexicano en los próximos meses o años, el futuro de la democracia y el futuro que vamos a tener. Son marchas que pasan de lo análogo a lo digital.
Manifestación de fuerza
Cuando la marcha es organizada desde el gobierno es porque hay un líder carismático y busca una manifestación de fuerza y visibilizar su poder para demostrar que está dispuesto a seguir en esa causa.
Algo importante de las marchas: La marcha crítica aniquila el pensamiento crítico, pero la marcha crítica también aniquila el diálogo interactivo. Lo dificulta porque dice “estoy afirmando mi posición, y como somos tantos, no me muevo”.
El riesgo de la marcha, cuando hay contramarchas o réplicas de marchas, es que se está viendo que hay poco espacio para el diálogo. Y eso sí es un gran riesgo para la democracia mexicana, que las partes no dialoguen.
Las marchas son políticas, pero no siempre democráticas, porque no se consulta a todos, no hay un proceso de diálogo.
La marcha es una afirmación, no sólo del tamaño sino de la fortaleza de las ideas y de la decisión que se tiene de fortalecer esas ideas.
¿Caben las marchas en democracias avanzadas?
Las marchas en una democracia de calidad son síntomas de grupos políticos emproblemados con el proceso democrático. Ya sea que quieran cambiarlo o modificarlo. Cuando sales a una marcha estás manifestando que tienes un problema con el statu quo o con el diseño institucional.
Es este caso, las marchas están saliendo a decir, dentro de un espacio democrático, que quieres cambiar ciertas instituciones, reglas, normas, leyes o acuerdos políticos. La marcha es la afirmación del poder que se tiene para decir “quiero cambiar algo o quiero que algo no se cambie”.
La democracia en las marchas
La marcha en una democracia sí cabe, pero no puede sustituir el proceso democrático.
Decisiones a mano alzada son el fin de la democracia.
Toda democracia muere en una manifestación masiva, es decir, las marchas pueden existir siempre y cuando no sustituyan al ejercicio democrático, porque no son el espacio para la toma de decisiones políticas, éstas deben ser democráticas.
Es importante dialogar después de la marcha y reconoce el valor de la minoría que no piensa como tú. No descalificar una marcha sobre la otra. Tener abertura al diálogo y reconocimiento del contrario.
Por Nicólas Alvarado
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