Hace unos años en ese terreno se guardan decenas de camiones de mudanzas o automóviles de los vecinos que habitan esa zona de la colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México. Era un espacio enorme cubierto por una gran explanada de concreto, a lado, dos edificios viejos lo custodian, enfrente se ubica el antiguo Acueducto de Chapultepec, obra indígena que fue levantada sobre el antiguo lago de Texcoco para llevar las aguas de los manantiales de Chapultepec a la capital azteca, ahora es Avenida Chapultepec, una importante vialidad que lleva a la zona de Tacubaya y Polanco.
El Jardín Juárez llegó unos meses antes que pusieran en cuarentena a la CDMX por la pandemia de COVID-19. Un día caminando, después de salir del trabajo, la fachada del viejo estacionamiento privado tenía tres enormes ventanales que confesaban lo que se guardaba ahí. La sorpresa fue que ya no había decenas de autos y camiones, era verde, el pasto natural había robado terreno al frío y agrietado concreto, en la orilla de la entrada un espacio con mesas de madera formaban dos filas, del otro lado una barra enorme y una cocina aparecieron para atender al público.
Un espacio verde en la CDMX
Sin duda fue una linda experiencia ver ese espacio aunque privado, era un espacio al aire libre en una zona que por años ha sido olvidada por las autoridades locales, La colonia Juárez es mítica y no tenía un lugar así, claro está la Ciudadela o el Mercado de Artesanías, pero nada que surgiera de un estacionamiento y que no diera paso a una torre monstruosa de departamentos, un Oxxo o un Starbucks.
En mi visión, el Jardín Juárez llegó, aguantó la pandemia cerrando sus puertas y se transformó en una tienda de plantas a domicilio, para rescatar y devolverle un poco de vida a esa zona, y ya no tener que recurrir a las tiendas y bares o restaurantes de la desbordada avenida Álvaro Obregón, en la Colonia Roma. Saliendo del Jardín Juárez puedes adentrarte por las calles del barrio y encontrar el Bar Milán, el Teatro Milán, la Heladería Casa Morgana, el Comedor Lucerna, viejas cantinas, el oculto Hanky Panky, el fantástico Museo de Cera y muchos pequeños locales que han sabido contactar con los vecinos y entender la colonia.
En este afán de reinventarse, los creadores de Jardín Juárez tienen un amplio menú de actividades tanto de destreza mental, como torneos de trivias o los fines de semana desde temprano se puede acudir a un brunch con mimosas, pueden entrar niños y si tienes mascotas el lugar es pet friendly. Pero lo que le está dando fama entre la comunidad y gente que los sigue en su cuenta de Instagram son las fiestas temáticas de boda que realiza en ocasiones los viernes por la noche.
Estas fiestas tienen hasta un espacio si te quieres casar, tipo cuando de niño ibas a la kermés de la escuela, una pista para bailar, canciones de boda como las clásicas de Caballo Dorado, “Payaso de rodeo” o “No rompas más”, éxitos de los grandes de la salsa y melodías pop de la década de los 90. Obvio no puede faltar el reguetón viejo y actual. Jardín Juárez se está convirtiendo en ese lugar con un espacio libre verde que se debería replicar en otros lugares de la Ciudad de México de manera sostenible y que busque encajar con la comunidad.
SIGUE LEYENDO:
El hostal más bonito de Oaxaca está en Mazunte, ¿lo conoces?
La Gordimuerta de chicharrón es una delicia que debes probar este Halloween en CDMX