El aislamiento social se define como la falta de conexiones sociales. Las consecuencias del aislamiento social son diversas, entre ellas se conoce que el aislamiento social aumenta significativamente el riesgo de morir prematuramente además de que, como algunos estudios lo demuestran, aumentan el 50% el riesgo de demencia.
Además, esta condición está asociado a la depresión, la ansiedad y el suicidio. Cuando se da un aislamiento severo se afecta la atención, el aprendizaje y la toma de decisiones.
En ocasiones, el experimentar un suceso traumático puede llevar a una persona a evitar el contacto con los demás, pero no es la única causa. Se puede atribuir al padecimiento de algún trastorno de personalidad o como un modo de evitar el sufrimiento causado por ejemplo por el bullying o acoso, en la actualidad, la pandemia ha conducido a mantener aislamiento social en algunos casos.
En las personas muy mayores el aislamiento social puede deberse a que muchos de sus amigos han fallecido o que sus familiares estén demasiado ocupados para hacerles compañía.
En el informe mundial sobre el envejecimiento y la salud publicado por la Organización Mundial de la Salud se señala que las relaciones sociales son un componente importante para el envejecimiento saludable. Es necesario hacer lo posible por mantenerse comunicado, aprender las nuevas tecnologías que sirven para relacionarse con los otros y contribuir con ayuda a la comunidad en aras de mantener contactos sociales.
Lo que trajo la pandemia por Covid
La pandemia del Covid ha obligado a las personas a mantener un aislamiento social que si bien previene del contagio, puede en ocasiones afectar la salud mental de los individuos, por ello, es fundamental mantenerse comunicado a través de las distintas tecnologías.
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Como datos curiosos, en Japón se le llama HIkimori al aislamiento social y en Alemania existen desde el 2006 los centros multigeneracionales subsidiados por el gobierno, en donde conviven adultos mayores con niños y jóvenes en los que los adultos mayores enseñan a los niños recetas o técnicas artesanales tradicionales y los jóvenes enseñan a los adultos el uso de las computadoras y los teléfonos inteligentes.
En Ginebra, Suiza, existe un lugar llamado Cité Seniors en el que unas 25 mil personas acuden al año para participar en diversas actividades de convivencia y aprendizaje.
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mgm