Hoy en día, parece que las mejores novelas se encuentran fuera de la televisión e incluso, también de los servicios vía streaming; las redes sociales han ofrecido las historias más increíbles, protagonizadas por gente ordinaria que en un parpadeo ya es famosa.
En días recientes se dio a conocer la historia de una novia que desinvitó a su amiga por no tener pareja y el resultado fue toda una revolución en redes sociales. Ahora, la variedad se hizo presente con el surgimiento de un nuevo personaje: #LadyCeviche, un hombre que quiso pasarse de listo en una marisquería en Mérida, Yucatán, y terminó siendo exhibido.
Resulta que el señor preguntó, vía WhatsApp, los precios de los platillos que en el establecimiento se sirven. Tras recibir una amable respuesta, este manifestó de inmediato su descontento por los "elevados costos"; sin embargo, aceptó y pidió medio kilo de ceviche.
A pesar de que todo tendría un final feliz, el hombre parecía tener ganas de discutir, pues también se quejó por el tiempo de espera y hasta por el costo de envío a domicilio. Pero las cosas no pararon ahí, pues las quejas continuaron al recibir el producto; se le hizo muy poco el contenido cuando se iba a distribuir entre cuatro personas. Lógicamente, se lo hizo saber al dueño por la app de mensajería.
"Te repito que esta ma$%@ no es medio ni de coña si te importaran tus clientes mínimo deberías reembolsarme, esto es una porquería y re tardado 50 min por un simple ceviche", escribió, molesto, el cliente apodado #LadyCeviche.
El establecimiento pierde la paciencia y responde
Tras recibir algunos insultos y varias quejas por una orden, el establecimiento perdió la paciencia y terminó por responderle al cliente. Primero le respondió que "el cliente no siempre tiene la razón" y que en el caso del negocio se investiga si el empleado tiene la culpa, para proceder contra él y atender al cliente como se merece; sin embargo, este no fue el caso.
Al final, la marisquería amenazó con publicar la conversación en redes sociales para que aprendiera la lección. De inmediato, el hombre aseguró que era abogado y que los demandaría por infringir sus "derechos de privacidad".
"Como quieras, solo te digo que soy abogado y te puedo hundir", escribió no sin antes llevarse un albur por parte del vendedor.
lhp
