En Tabasco una de las leyendas que se conoce y que tiene distintas versiones al respecto es la del Vaquero Fantasma.
De acuerdo con datos del libro de Tradiciones y Leyendas tabasqueñas, de Justo Cecilio Santa Anna, es un relato que data del periodo de la Conquista y hace referencia al alma de un ladrón de ganado.
Se indica que el individuo fue nombrado como encargado del ganado en una hacienda, pero fue robando poco a poco a los animales, situación que provocó la ruina del dueño.
Pero el hijo del dueño de la hacienda se percató del hurto y decidió matarlo. Tras ese trágico hecho, se dice que el alma del individuo recorre los caminos solitarios en el estado y tiene la apariencia de un vaquero.
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Por la noche, en algunos sitios de Tabasco, automovilistas, camioneros o motociclistas se lo han encontrado, ya que de repente el fantasma se atraviesa en la carretera o el camino, por lo que asusta la gente. Pero en el caso de que un individuo maneje en estado de ebriedad, se cuenta que el vaquero se para y se empieza a reír, situación por la que la personas que va al volante regularmente pierde el control del mismo y choca contra un árbol u otro vehículo.
En tanto, en libro Tradiciones y Leyendas Tabasqueñas, se hace referencia que la gente en ocasiones contaban que en el día veían pasar entre los matorrales a “un vaquero fantasma a carrera tendida, con el sombrero echado a las espaldas, sin que le estorbara” nada a su paso.
O que también lo escuchado en las noches, porque imitaba el sonido que hacen los vaqueros cuando están arreando el ganado.
“La verdad era que los ganados desaparecen de los corrales por las noches, sin que nadie lograra verlos” y tampoco se encontraba resto alguno del animal. Se indica en el relato que en ocasiones la persona que buscaba su ganado, aparecía estrangulada y el cuerpo era abandonado en algún sendero.
“A pesar de todo, no hubo hacienda en Tabasco cuyos moradores no oyeran de vez en vez el grito del peculiar vaquero a altas horas de la noche, o lo vieran pasar arreando toros negros a la tenue luz de la estrellas, notando que al siguiente día la falta de algún buey o vaca”, se lee.
yc