Las hermanas Delfina, Carmen, María de Jesús y Luisa González Valenzuela tuvieron que tomar las riendas de su hogar tras morir sus padres y emprendieron un negocio en El Salto de Juanacatlán, ubicado en el municipio de Jalisco, era una cantina donde también ofrecían servicios sexuales, fue tan aceptado el negocio que abrieron un burdel que fue de los más famosos de la zona.
Tras un problema con la policía y el asesinato de uno de los hijos de ellas, las hermanas González Valenzuela emprendieron un nuevo comienzo en Guanajuato donde abrieron nuevamente un burdel.
Los problemas constantes con la policía que les cerraban sus negocios, llevó a la hermanas a trabajar en la clandestinidad y comenzaron a buscar jovencitas entre 12 ó 13 años para recluirlas, las secuestraban, o compraban a los padres de las pobres chicas, las prostituían y las sometían a torturas para que no escaparan.
Las torturas llegaban a casos extremos, como asesinatos, algunas las enterraron vivas o las golpeaban hasta que murieran.
Las mujeres que salían embarazadas las hacían abortar hubo casos registrados de actos zoofílicos y hasta venta de carne humana de las víctimas en el mercado.
Las Poquianchis sembraron horror en los alrededores, finalmente fueron atrapadas y encarceladas, en su historial criminal figuran hasta más de 100 asesinatos.
Sin duda alguna, Las Poquianchis son mentes seriamente trastornadas y en este podcast te contamos su historia.
Sigue un episodio nuevo de Diablos cada lunes y viernes en Amazon Music.
mgm