A medida que la equidad, el cambio climático y otros temas toman fuerza, la sociedad se replantea qué es realmente importante.
Usualmente, se llega a asociar el Producto Interno Bruto (PIB) al bienestar, pero esto es un error, pues el PIB es un únicamente un indicador de crecimiento económico. Medir el progreso y éxito de una nación debe coexistir con la medición de vivir una vida gratificante en diversos y heterogéneos aspectos, aunque en este punto surge el problema de qué tanto las mediciones tienden a ser subjetivas.
Un estudio científico de Nature Communications en el que se proyectaron escenarios globales futuros viables para las evaluaciones de la vida humana destacan el papel fundamental de factores no materiales como el apoyo social, las libertades y la justicia en la determinación del futuro del bienestar humano.
Si bien, las diferencias de ingresos tienen un poder significativo para explicar la variación en las evaluaciones de vida, aspectos menos tangibles de la experiencia humana pueden explicar tanto o más.
Otro ejemplo es Bután, país ubicado al sur de Asia, que desde 2008 ha incorporado la medición de la felicidad bruta como dispositivo sociopolítico que sirve como herramienta de planificación y evaluación de las políticas públicas del país. Para su medición se toman en cuenta cuatro pilares que son: el desarrollo económico, la preservación ecológica, la preservación cultural y el buen gobierno.
El caso de Bután invita a la reflexión sobre las ideas de desarrollo dominantes fuera de este país y lo que se considera una buena vida.
A su vez, las Naciones Unidades elaboran desde 2012 el Informe Global de la Felicidad en el que se le asignan valores a los países entre la felicidad y la infelicidad. Este año se calificaron los efectos del Covid-19 y sus efectos en la estructura y calidad de vida de las personas; y cómo los gobiernos de todo el mundo se han enfrentado a la pandemia.
México se ubicó en el lugar 36 de 149, es decir, que somos más felices que quienes viven en 113 países. A la cabeza se encuentra Finlandia, mientras que el menos feliz fue Afganistán.
Sin duda, factores inmateriales cada vez son más importantes, como el hecho de preguntarnos si somos realmente felices. ¿Usted lo es?
mgm