Para México, una de las celebraciones de diciembre más importantes es el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, ícono litúrgico para los católicos mexicanos y en todo el mundo.
La virgen del Tepeyac, tuvo su aparición en el año 1531 y representa una de las celebraciones religiosas tradicionales más significativas para los devotos que cada año asistían de manera masiva a la Basílica de Guadalupe.
A pesar de eso, existen algunos detalles que le dan ese poder místico y milagroso a la imagen venerada por todos, que San Juan Diego tenía plasmada en un manto con rosas.
Manto de la Virgen Guadalupana
Desde el siglo XVII, el manto fue analizado por científicos, pintores, restauradores y clérigos que al no tener explicación alguna, dedujeron que el origen del manto es divino.
El tejido sencillo y natural se han mantenido por 489 años sin algún tipo de tratamiento o cuidado especial, el análisis de los pigmentos arrojan que no tienen algún origen vegetal ni animal, en realidad son de origen desconocido.
Es por esta razón que en el mundo de la fe cristiana, se consideran como mantos sagrados, el Sudario de Turin, que tiene la imagen de Cristo impregnada y el Manto de la Virgen de Guadalupe.
Peregrinaciones
Las peregrinaciones surgieron cuando el arquitecto Francisco Antonio Guerrero y Torres, construyó la primer capilla de la Antigua Basílica sobre un pozo de aguas que se consideraron milagrosas, la fe de los creyentes hizo que buscaran algún milagro personal o petición en la Capilla del Pocito.
A partir de 1723, el vaticano aprobó el 12 de diciembre en el Día de la Virgen de Guadalupe y a partir de esa fecha se convirtió en una de las peregrinaciones más grandes a nivel mundial.
Juan Diego Cuautlatuatzin
Dentro de la comunidad indígena, el ya canonizado San Juan Diego, pertenecía al Consejo de Ancianos o mejor conocidos como "Abuelos de Tradición" ya que las normas decían que un hombre de 57 años, como lo era él, eran poseedores de gran sabiduría y tenían cierto poder místico.
Él era respetado como mayor y su nombre náhuatl Cuautlatuatzin significa "El que habla como Águila", es decir, una especia de hermes que bajaba mensajes del cielo, es por ello que Juan Diego era considerado como un vidente.
Para el pueblo antiguo fue muy importante que la historia guadalupana ocurriera a un hombre como San Juan Diego.