Envío Diplomático

La importancia del Polo Norte

Sin embargo, hay cinco naciones que se disputan la propiedad y control de los recursos del Ártico por disponer de la zona económica exclusiva de 200 millas náuticas

La importancia del Polo Norte
Víctor D. Flores / Envío diplomático / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

En realidad, debemos hablar de la importancia del océano Ártico y no del Polo Norte, porque el Polo Norte no es un lugar tangible. Es, como el Ecuador, una referencia geográfica que nadie puede ver. Es simplemente un punto en el océano Ártico por donde pasa el eje de rotación de la tierra. El océano Ártico está cubierto casi permanentemente por una capa de hielo cuya superficie cambia con las estaciones del año y por variaciones en el clima. Su importancia consiste en los potenciales recursos naturales como petróleo, gas natural y minerales estratégicos que se podrían obtener en sus fondos marinos y su subsuelo. Es de esperar que en el futuro el acceso a dichos recursos se vea facilitado por los avances tecnológicos y la reducción que se ha observado en las últimas décadas en la capa de hielo del Ártico. El océano Ártico no es propiedad de ningún país y las actividades de exploración y explotación de sus recursos naturales son administradas por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, establecida en 1994 por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS). Sin embargo, hay cinco naciones que se disputan la propiedad y control de los recursos del Ártico por disponer de la zona económica exclusiva de 200 millas náuticas (370 km) frente a sus costas: Canadá, Dinamarca (a través de Groenlandia), Estados Unidos, Noruega y Rusia.

Las primeras reclamaciones al respecto se hicieron a partir de 1907 con base en el Principio Sectorial, un argumento jurídico (actualmente desechado) que proponía la distribución del Ártico como rebanadas de pizza en que cada país extiende sus costas en el océano Ártico hasta confluir en el Polo Norte. Según un cálculo no oficial, las rebanadas del Ártico se repartirían en estos porcentajes: Estados Unidos 7.5, Noruega 8, Dinamarca 17, Canadá 22.5 y Rusia 45. En la actualidad, el principal argumento es el de la plataforma continental. A partir de 1994, de acuerdo con la UNCLOS, se pueden reclamar derechos sobre la plataforma que se extiende más allá de la zona económica exclusiva. Dinamarca argumentó en 2014 que la cordillera de Lomonosov es una extensión de Groenlandia que abarca al Polo Norte geográfico y, por tanto, éste le corresponde. Pero Rusia dice que esa plataforma es la misma que se extiende desde su propia costa. Canadá y Noruega han hecho reclamos similares sobre sus respectivas plataformas continentales. Los Estados Unidos no han reclamado dichos derechos, ya que, fieles a su usual desprecio por las normas del derecho internacional, no han ratificado la UNCLOS. No debe sorprender que Trump quiera apoderarse de Groenlandia, pues eso le daría acceso a los recursos naturales del Ártico. El trillado argumento de proteger la seguridad nacional no es más que un eufemismo para justificar la invasión de territorios ajenos. Lo que está en disputa no es el "Polo Norte", eso es simbólico, lo importante son los recursos bajo el océano Ártico.

POR VÍCTOR D. FLORES
MINISTRO JUBILADO DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO
VICTORWELL@HOTMAIL.COM

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