Columna invitada

Farsa electrorera

Las personas electas están predeterminadas desde el poder, independientemente de los votos que reciban

Farsa electrorera
Cecilia Romero / Colaboradora / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

La elección popular por la que se elegirá a la mitad de los cargos del Poder Judicial el próximo 1 de junio está construida sobre un entramado de ocurrencias, incapacidades, mentiras y trampas, y constituye una gran farsa.  Las personas que resultarán electas están predeterminadas desde el poder, independientemente del número de votos que reciban.  El proceso de votación el día de la jornada será engorroso, cansado, tortuoso, y además oscuro.

Esas son las premisas sobre las que deberá discurrir la decisión de participar en este ‘ejercicio democrático’, o no hacerlo. Partir de otros supuestos, como los que nos presentan los ridículos spots que nos apabullan en los medios de comunicación, es por lo menos ingenuo. 

Tomando en consideración lo anterior, los ciudadanos responsables debemos tomar una decisión respecto de nuestra participación en el proceso, y en el día de la elección. Participar o no participar, acudir a votar o no hacerlo, ir a la casilla y anular las boletas.  ¿Qué hacer, o qué no hacer?

Este proceso, ya en marcha, afectará gravemente el futuro de nuestro país y considero que no debemos ignorarlo. Si no podemos revertirlo hoy, lo que hagamos o dejemos de hacer puede modificar los próximos ejercicios de este tipo, en 2027 y en lo sucesivo.

Será importante, por lo tanto, observar el desarrollo de las campañas y de la jornada electiva, informarnos sobre los candidatos, seguir su labor proselitista, supervisar sus gastos, revisar sus propuestas, esto es una forma de participar.

Dentro de las peculiaridades de este proceso tendremos 83 mil 997 casillas, menos de la mitad de las que hubo en la elección del año pasado, para un padrón electoral un millón más amplio. El presupuesto existente es de 4 mil 380 millones de pesos, menos de la mitad del anterior. Se elegirán 881 cargos, 252 más que en 2024.  Esta simple comparación evidencia una grave distorsión en la planeación y anticipa un resultado desastroso.

La geografía electoral que en el INE diseñaron es tan compleja que difícilmente la entienden los avezados en estos temas. Lo que sí se entiende es que algunos electores votarán por jueces que no resolverán problemas en su jurisdicción, y que el voto que se ejerce en una entidad federativa no tendrá el mismo peso que en otra.  Este hecho rompe con la norma básica de la democracia de que todos los votos valen lo mismo.

Se han publicado algunas ideas sobre cómo y por quién votar para tratar de ‘colar’ algunos buenos perfiles a los puestos en disputa. Siendo esto un esfuerzo loable, dista mucho de tener la eficacia que se pretende. ‘Que no haya ilusos, para que no tengamos desilusionados’.

Ante la farsa que se está llevando a cabo, vale la pena reflexionar seriamente sobre el deber ético de participar. Observar, escuchar, denunciar, documentar. Y organizarnos para la larga batalla de restaurar lo que hoy se está destruyendo tan arteramente.

POR CECILIA ROMERO CASTILLO

COLABORADORA

@CECILIAROMEROC

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