Columna Invitada

Romperse por completo

Ángel Martín en su libro Por si las voces vuelven escribió: “Me rompí por completo. Tanto como para que tuvieran que atarme a la cama de un hospital psiquiátrico para evitar que pudiera hacerme daño

Romperse por completo
Daniel Francisco / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

La tristeza no puede ocultarse, se impregna, es una humedad irritante, es una marca en la frente, una mirada apagada. Un domingo cualquiera una madre agobiada es retenida en un hospital público. Al médico de turno le han bastado unos segundos para darse cuenta que su paciente es asediada por una nube pesarosa. 

Nunca se está preparado para el tipo de preguntas que se hacen para evaluar qué tan quebrada está el alma. ¿Duerme bien?, ¿oye voces?, ¿cuántas veces come al día? Y el cuestionamiento estremecedor: ¿Ha pensado en el suicidio? 

Quien responde siente que se resquebraja una parte de su mundo. Como el personaje del cuento de García Márquez: “Sólo vine a hablar por teléfono”. No debería estar aquí, a la espera de un dictamen que determine si estoy apto para el día a día, para cuidar a mi hijo, para sonreír, comerme un helado o caminar sin prisa. Lo que viene es una lucha que parece no tener fin. Habrá días malos y tormentosos, ajustes en el medicamento, visitas inesperadas a las salas de urgencias y llamadas telefónicas a gente querible. 

Graciela Flores, una mentora y experta en el tema psiquiátrico, me contó que algunos pacientes internados lo primero que hacían, al llegar al psiquiátrico, era dormir, días enteros, lejos de quien les había hecho daño. 

Ángel Martín en su libro Por si las voces vuelven escribió: “Me rompí por completo. Tanto como para que tuvieran que atarme a la cama de un hospital psiquiátrico para evitar que pudiera hacerme daño. No tengo ni idea de cuándo empezó a formarse mi locura. A lo mejor nací genéticamente predispuesto. A lo mejor fui macerando una depresión al callarme ciertas cosas por no preocupar a los demás”. 

Su experiencia la llevó más allá de la palabra escrita. Ángel Martín tiene un podcast (con el mismo nombre) con una dinámica muy sencilla: un diálogo entre quien ha padecido o padece una enfermedad mental,  ¿cómo caí y cómo enfrento mi descenso a los infiernos? 

POR DANIEL FRANCISCO
Subdirector de Gaceta UNAM
@dfmartinez74

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