La Encerrona

La Tregua

“Están muriendo, rusos y ucranianos. Quiero que dejen de morir. Y resolveré eso, lo resolveré en 24 horas”: Donald Trump

La Tregua
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Imaginemos esta escena: la película se llama “La Tregua” y tiene dos protagonistas, dos mandatarios de naciones y que están dispuestos a dialogar. Suena el teléfono, rojo, por supuesto, ambos levantan la bocina, saludan y comienza la charla en un tono serio, pero cordial, no hay interrupciones ni mofas para el interlocutor… silencio prolongado. Una repetición de síes, el gesto de ambos sigue sin mostrar emoción alguna. Se les oye decir “tiene que ser rápido” y “debe ser recíproco”, “sí, perfecto”. Ambos, con un rostro más distendido alcanzan a denotar una leve sonrisa y decir “si, estaría genial, hay que hacerlo ya.” Se termina la película.

Esta película que imaginamos fue la llamada que sostuvieron Putin y Trump en días pasados, -la de mayor duración entre presidentes de Rusia y Estados Unidos desde 1991-, dos horas de lugares comunes, respuestas ambiguas y acuerdos de palabra que, inmerso en lo gelatinoso de la charla, no se llegó a nada real respecto al cese al fuego en Ucrania. Los comunicados oficiales dicen lo contrario, aseguran que “La Tregua” sí existió y aún existe, que el cese al fuego, tal y como lo acordaron los mandatarios, es un hecho irrefutable y que el fin de la guerra en Ucrania va en el camino correcto.

Según el comunicado oficial por parte del Kremlin fue que, en efecto, Trump le propuso a Putin un cese al fuego en contra de infraestructura energética de Ucrania durante treinta días. Putin aceptó, “sí, pero…” con las condiciones de un cese total a la ayuda a Ucrania en inteligencia y en apoyos militares como requisito esencial para llegar al acuerdo de paz en la región. Horas después de finalizar La Tregua, desde Rusia se lanzaron 150 drones para atacar infraestructura hospitalaria, calles y también instalaciones energéticas en Kiev. El gobierno ruso alude a que desde Ucrania se bombardeó un oleoducto en Crimea, anexado desde 2014 a Rusia.

Vladimir Putin le dijo que sí a Trump, porque le conviene mantener su relación con Estados Unidos. No llevó a cabo los “acuerdos” porque estos son ambiguos y porque, según el mandatario ruso, “Occidente no ha cumplido con sus demandas”. Para Trump no es ni siquiera una afrenta porque Putin tiene razón y cree que la Unión Europea no ha cumplido lo que él quiere, tampoco lo ha hecho Ucrania y Rusia está en “su derecho”. Y claro que Europa no va a cumplir, no tiene -las cartas necesarias-, Ucrania ni siquiera tiene cartas y el único jugador que sabe “dorarle la píldora” a Trump, es Putin quien no tiene miedo, pero sí cartas.

Así, el cese al fuego no existió, aunque sí, sus objetivos ya no serán las instalaciones eléctricas, porque llega la primavera y ya no es estratégico; el intercambio de soldados ocurrirá, porque ya estaban pactados previo a La Tregua. Quizá el único acuerdo que se cumpla entre Trump y Putin será realizar un encuentro entre las estrellas actuales y pasadas del hockey sobre hielo de ambas naciones. Fue la parte de La Tregua donde ambos pusieron más ahínco en su actuación como mandatarios resolviendo conflictos. La guerra en Ucrania sigue y el presidente Zelensky mira con impotencia este imaginario filme entre Putin y Trump. 

POR ADRIANA SARUR 

COLABORADORA

@ASARUR

MAAZ

 

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