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El compañero indeseable

El magnate y su sicario, Musk, han tomado medidas para recortar a unos 10 mil empleados federales, prometieron "reducciones de personal a gran escala"

El compañero indeseable
Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

El jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental, Elon Musk, se ha vuelto extremadamente incómodo en el segundo gobierno de Donald Trump: lo mismo le da expresar su nazismo en público que empleitarse con sus compañeros de gabinete.

El magnate y su sicario, Musk, han tomado medidas para recortar a unos 10 mil empleados federales, prometieron "reducciones de personal a gran escala" como parte de la "reforma de la fuerza laboral" y paquetes de renuncia diferida a más de dos millones de empleados del gobierno. 

Pero Musk suele extralimitarse con sus comentarios y decisiones, al grado de que el mismo Trump ha tenido que salir a calmarlo en público; recientemente le dijo que “no debe de usar el hacha sino el bisturí” para realizar sus recortes al presupuesto de gobierno.

Pero el dueño de la red X y de Space X hizo oídos sordos y sigue subiendo el tono; por ejemplo, acusó al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, de no despedir a suficiente personal de su departamento.

Y fue más allá, le dijo a Rubio que él salía "bien en televisión", pero solo eso, evitando cualquier alusión positiva sobre su trabajo; en pocas palabras, le dio a entender que no servía para mucho más. 

Esa postura terminó de enfurecer a Rubio, porque días antes Musk despidió a un equipo de trabajo que estaba bajo el mando del cubano-estadounidense; esa fue la gota que derramó el vaso. 

El Secretario de Estado le echó en cara, entre gritos, a Musk a los mil 500 funcionarios que se jubilaron del Departamento de Estado de manera anticipada. 

Todo en presencia del Presidente, que contempló la bronca de brazos cruzados, porque para él no está mal. Trump y Musk ven la masculinidad de manera similar: lenguaje de tipo duro, acciones machistas, irreverentes, groseras, y a menudo impasibles ante las emociones, la empatía o la moderación.

Momentos antes del fuerte intercambio con Rubio, Musk y el secretario de Transporte, Sean Duffy, también discutieron sobre el estado de los equipos de rastreo de aviones de la Administración Federal de Aviación y sobre qué tipo de arreglo era necesario. Howard Lutnick, secretario de Comercio, intervino para apoyar a Musk

Sin duda, estos encontronazos son las primeras cuarteaduras del gobierno de Trump, que todos los días vocifera que trabaja para “hacer a Estados Unidos otra vez grande”, pero estos roces en casa no ayudan mucho con la meta. 

Lo cierto es que a Trump le gusta tener en sus equipos al compañero incómodo; en su primer gobierno, Steve Bannon hizo lo propio, pero solo le duró el gusto siete meses. Después, el mismo Presidente lo corrió por asumir decisiones que no le correspondían, como despedir a gente del Departamento de Estado. 

Precisamente esos dos antagonistas de los gobiernos de Trump se odian a muerte; el mismo Bannon ha prometido sacar del gobierno al “malvado” Musk, quien dice que su rival es muy buen orador, pero nunca ha hecho nada. El choque entre radicales puede fisurar aún más el gobierno redentor. Ya veremos.

POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ

COLABORADOR

@PAPADEPONCHO

ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

MAAZ

 

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