México está transitando un momento crítico y peligroso. El gobierno de Morena ya ha cooptado el Ejecutivo y el Legislativo, y ahora está perpetrando un golpe directo contra la independencia judicial y, con ello, contra el Estado de Derecho. Con su mal llamada reforma al Poder Judicial, buscan convertirlo en una extensión más de su maquinaria política, eliminando los contrapesos y sometiendo la justicia a los intereses del régimen.
En Acción Nacional denunciamos desde el primer momento esta embestida. Y que nadie se equivoque, por supuesto que consideramos que el sistema judicial requiere reformas, pero reformas serias, reformas que sí vayan al fondo de la calidad de la justicia en el país, como fortalecer la justicia constitucional mediante la reducción de barreras para la acción de inconstitucionalidad, la selección más rigurosa y transparente de los magistrados, la evaluación de méritos profesionales, la participación del Poder Legislativo en audiencias públicas, y la formación continua de los jueces. No una supuesta “reforma” que en realidad encubre el deseo de venganza de un estado autoritario en contra de quienes no se rindieron al autoritarismo y frenaron valientemente el retroceso del país.
Hoy, lamentablemente, el tiempo nos confirma lo que advertimos: el proceso para seleccionar jueces y magistrados no sólo está viciado de origen, sino que demostró estar diseñado para garantizarque la justicia quede en manos de quienes sean leales al oficialismo, no para defender los preceptos constitucionales para satisfacer la sed de justicia de la gente, sobre todo de aquellos que no cuentan con recursos económicos. Resulta muy sospechoso que ante una escandalosa y vulgar selección de candidatos por tómbola, la mayoría de ellos sean afines al sistema, cercanos a personajes que se han aprovechado vilmente del poder y la justicia en México. Pero, hasta para hacer sus trampas han sido ineficientes.
El Instituto Nacional Electoral (INE), que debería ser un árbitro imparcial, ha demostrado una preocupante falta de rigor. Solicitando al Senado que resolviera en 24 horas las inconsistencias en los listados de los candidatos enviados. Sin embargo, en un giro inexplicable, convocó a una sesión extraordinaria urgente para discutir el tema sin esperar siquiera el plazo que él mismo estableció. Horas después, la pospuso. ¿Qué está ocurriendo realmente? ¿Quién está manipulando los tiempos y cuál es el objetivo?
Lo cierto es que este proceso electoral extraordinario está plagado de arbitrariedades, algunas de ellas son: Selección de jueces por sorteo: En lugar de basarse en méritos, experiencia y trayectoria, Morena ha impuesto un mecanismo de insaculación que ignora la capacidad de los aspirantes y sobre todo, el origen que impulsa a muchos ellos.
• Bloqueo de impugnaciones: El Tribunal Electoral ha declarado “irreparables” los errores en la selección de candidatos, impidiendo cualquier corrección y cerrando la puerta a la justicia.
• Interferencia política descarada: Legisladores de Morena y hasta el propio presidente han metido mano en la conformación de listas. Quieren jueces a modo, no jueces imparciales.
• Desacato a la Suprema Corte: la SCJN ha otorgado suspensiones contra el proceso, pero el gobierno simplemente las ignora. Peor aún, el Senado ha declarado que “desconocerá” sus resoluciones.
POR JORGE ROMERO HERRERA
@JORGEROHE
PRESIDENTE DEL PAN
PAL