Si nosotros hoy vemos el gran espectáculo que es el beisbol de las Grandes Ligas, es también en mucha parte por mérito de grandes narradores como Mel Allen, Jack Buck, Buck Canel, Harry Caray, Al Michaels y por supuesto Vin Scully, al gran Jaime Jarrín quien nos dejaba felices con su voz ante las hazañas de un “Toro” Valenzuela tan extrañado y tan icónico para nuestra pelota.
Esos verdaderos “monstruos” del micrófono han sido parte de ese digamos ecosistema donde inmediatamente la afición distingue esa tonada con la cual incluso se han acercado y hasta enamorado del majestuoso deporte del diamante.
Hoy esa selecta lista tiene a un Bob Uecker (1934-2025) de quienes pasaron a mejor vida, no sin antes dejar un valioso testimonio de constancia, de narraciones ricas en datos y hasta de anécdotas de verdad para pasarla bien, reír, elogiar el como tuvo elementos para provocar carcajadas como cuando se dio su ceremonia de inducción al Salón de la Fama del Beisbol en Cooperstown … Esa pieza del 2003 en Youtube es para reír sanamente.
También esta visita al show de Johnny Carson el 29 de julio de 1976 es una pieza de ingenio, beisbol, presencia mediática… su acompañante a un lado, literal estaba “escupiendo el café” de la risa, todo a cuadro.
Bob Uecker fue toda una institución en Milwaukee, una plaza con buena historia en Las Mayores, mucho lapso del cual este caballero de la cabina de narración tuvo su presencia, pues 50 años fue parte de las transmisiones, prácticamente casi todos los juegos de locales para este equipo de Wisconsin: estamos hablando de alrededor de un total de 8,400 juegos… algo titánico, simplemente paradigmático.
Por algo le llamaban “la luz de los Cerveceros (de Milwaukee)”, también “la risa en nuestros corazones” llamó dicho equipo al comunicador en su publicación lamentando su partida.
Quizá su más (pero por muchísimo) conocida participación en un plano internacional, fue como el narrador de los entonces (el mote tan extrañado) Indios de Cleveland, en una trilogía beisbolera donde la primera parte bien vale toda la diversión, cuando muchos se volvieron a divertir con el rey de los deportes.
Buenísima su frase de “en una ocasión me nombraron el jugador ligaminorista del año”, agregando: “desafortunadamente, llevaba yo ya dos años en Grandes Ligas para ese momento…”, las carcajadas eran una cosa bárbara, igual que cuando su compañero en los Phillies le pide que tome el bat “para matar el rallie”, lo decía con una tremenda simpatía.
Su aprendizaje fue en los dugouts, en los bullpens, escuchando mucho a sus compañeros en sus once temporadas subiendo y bajando para cuatro equipos ligamayoristas.
Así que… con mucho más que contar y como un “verdadero triunfo del espíritu (deportivo)” el gran Bob Uecker bien vale estas letras, ¡¡muchas más!! Esperaremos ansiosamente un documental sobre su vida.
POR ALEJANDRO AGUERREBERE
PAL