La escena expandida

De pura cepa, el actor novel Alex Boch

¿La dependencia de la tecnología terminará con la humanidad y empezará la época de los androides, de las máquinas inteligentes? ¿Se salvará la humanidad de los efectos secundarios del progreso?

De pura cepa, el actor novel Alex Boch
Juan Hernández / La escena expandida / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

El Festival The 48 Hour Film Project México, que convoca a crear cortos producidos en 48 horas, se convirtió en un atractivo programa de filmes que se proyectaron en la cadena Cinépolis, en la Ciudad de México, en diciembre, en una jornada en el que las salas de cine estuvieron a reventar.

De entre las decenas de cortos que pudimos ver, resaltó uno titulado Límbico, producido por Amaranto Media, con la dirección y guión de Alessandro Montiel , fotografía de Michel B. Gutiérres, y los actores Alex Boch, Jules Langle, Larissa Stephens, Diana Elynel, Moisés Zulaica.

Límbico puso a prueba los talentos de quienes participaron en este proyecto, que se hizo en tiempo récord, con la condicionante de presentar un trabajo profesional, cuya única motivación era responder una pregunta que resulta altamente inquietante, ¿por qué tomamos ciertas decisiones: Por amor o por miedo? Además de esto, todos los cortos deberían tener a cuadro una mochila y un sombrero.

Alex Boch. Foto: Cortesía

El corto de este grupo experimental puso sobre la mesa una de las preocupaciones que tienen los jóvenes del siglo XXI, que son dos grandes interrogantes: ¿La dependencia de la tecnología terminará con la humanidad y empezará la época de los androides, de las máquinas inteligentes? ¿Se salvará la humanidad de los efectos secundarios del progreso?.

Interesante experimento que permite que los nuevos talentos expongan sus capacidades en la escena cinematográfica, y que se descubran a aquellos que podrían tener una importante carrera en cine, teatro o televisión.

Ese es el caso del actor Alex Boch, nacido en Los Mochis, Sinaloa, y naturalizado estadounidense, quien ha retornado a México para emprender un proyecto actoral, luego de una larga formación tanto en Estado Unidos como en México.

Llamó la atención el actor por su capacidad para dialogar a través de la cámara con el público, sin perder la conexión con sus compañeros de escena, y las exigencias de un aparato cinematográfico, cuyo tiempo no es lineal y reta a los actores a experimentar emociones que se van ligando en una estructura en donde la temporalidad responde a una especie de red que se extiende en el espacio, sin un tronco principal, que los filósofos Gilles Deleuze y Félix Guatari han identificado como: Rizoma.

Alex Boch. Foto: Cortesía

Boch goza de un talento especial para construir personajes, con un método flexible y diverso, no apegado a una sola escuela de actuación, sino que transfigura en multiplicidades. Un actor que responde a las necesidades de la escena contemporánea, rompe con estructuras en desuso y corsés estilísticos que impiden desarrollar discursos desde el cuerpo del actor, el aparato emocional y, al mismo tiempo, apegar esa humanidad al medio tecnológico que también construye lenguaje.

Boch es arriesgado, no teme a los retos, tampoco considera que hay personajes pequeños o intrascendentes. A un personaje secundario lo hace crecer y brillar, y a un protagónico le da el mismo trato: La construcción que busca el primer peldaño en lo más profundo del ser del actor y del ser del personaje.

Ahí está este talento, Alex Boch, que ya de suyo resalta dentro de su generación como uno de los actores que, seguramente, pronto veremos más en las pantallas y en los teatros.

FOTOS: CORTESÍA

POR JUAN HERNÁNDEZ 

COLABORADOR 

TW: @ISLAS33 / IG: @JUANHERNANDEZ4248

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