No es lo mismo ser borracho que cantinero. ¿Por qué recuerdo este dicho popular? Porque Trump ya no está en campaña, y ahora sí se convertirá en el Presidente número 47 de Estados Unidos.
Sus últimos discursos estuvieron dirigidos a los votantes y a su público; pero ahora le tocará gobernar una nación poderosa sí, pero con una serie de problemas verdaderamente difíciles de resolver. Se antoja sencillo despachar en el Salón Oval de La Casa Blanca, pero la nueva empresa es complicadísima.
¿Tendrá la capacidad para reconstruir la ciudad de Los Ángeles, después de la devastación por los incendios? ¿Podrá el millonario neoyorkino combatir la inflación y el altísimo costo de vida para los ciudadanos de a pie?
La insatisfacción por sus gobiernos locales es un común denominador del estadounidense; más allá de ideologías, hay un desgaste y desprestigio de los políticos. La efectividad de las instituciones públicas cada día está más cuestionada y Trump prometió mucho más de lo que él puede resolver.
Los servicios de salud son menos asequibles; los altísimos costos han creado una narrativa social que exigen cambios legislativos, reformas reales, porque hay un enojo terrible.
Combatir la inmigración ilegal, si bien fue parte del discurso ganador, es fundamental para un gran sector de los estadounidenses: muchos empresarios prefieren emplear a personas “sin papeles” porque cobran menos y trabajan más. Miles de dueños de negocios no quieren las deportaciones masivas, porque sus utilidades van a disminuir.
¿Podrá disminuir Trump la terrible violencia con armas de fuego que se pueden comprar como si fueran hamburguesas? El gran debate sobre el control de pistolas, rifles, ametralladoras y cañones le tocará al multimillonario, convertido en Presidente. ¿Podrá lograr un acuerdo?
¿Podrá disminuir Trump el problema social y médico que le significa al mundo, el consumo desproporcionado de estupefacientes entre sus gobernados? Se ve imposible. Fracasará
Este lunes 20 juramentará el cargo al medio día de Washington, en la fachada oeste del Capitolio; dirigirá un discurso, presenciará un desfile, comerá un buen lunch y firmará órdenes ejecutivas, pero quien apueste a que será un oasis político, se equivoca.
Cuando vea las centenas de pendientes, le bajará dos rayitas. ¿Apostamos?
COLOFÓN:
+Muchos mexicanos que odian a AMLO, que se enojaron más en las elecciones de 2021 y casi se suicidan en 2024, desean que Trump rete a la Presidenta.
+Es decir, prenden veladoras para que el bully del Presidente deporte a millones y cancele el T-MEC
+¿De verdad su éxito depende de que le vaya mal a México?
POR GUSTAVO RENTERÍA
COLABORADOR
@GUSTAVORENTERIA
MAAZ