Columna Invitada

25 días de espera

Con todo, más allá de los aplausos que promovió en su discurso el presidente a su sucesora, quedó de manifiesto un paquete de encargos que se le heredan a la nueva administración

25 días de espera
Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Durante el discurso con motivo del VI Informe de Gobierno de López Obrador en el Zócalo capitalino, se dijeron tantas barbaridades, imprecisiones y falsedades, que dejaron de importar los datos para dar paso a los mensajes políticos. El Presidente insiste en que cumplió todas sus metas, aunque la percepción general no sea así, especialmente en materia de salud y seguridad. Pero el mensaje de fondo se centra en un gran sofisma: como se acabó con la corrupción, alcanzó el dinero para hacer todo lo que el presidente dice que hizo. Cuando se enfríen las cosas y Sheinbaum inicie su gobierno, la realidad mostrará los verdaderos límites y datos con los que tendrá que lidiar la nueva Presidenta.

Con todo, más allá de los aplausos que promovió en su discurso el presidente a su sucesora, quedó de manifiesto un paquete de encargos que se le heredan a la nueva administración. El presidente concedió que hay obras y proyectos por terminar y continuar, y por eso enfatizó, con varios “¿Verdad, Claudia?”, que estará atento a que se cumpla su voluntad. Debe de haber sido incómodo para la primera mujer Presidenta de México recibir públicamente ese tipo de lineamientos. Es evidente que habrá continuidad con el proyecto de López Obrador, la Presidenta está convencida de ello, pero ¿sin matices? ¿con el mismo estilo? ¿manteniendo el discurso de odio que no puede soltar el presidente?

Faltan 25 días para que la conducción del Poder Ejecutivo pase a Claudia Sheinbaum y, por lo pronto, la primera señal de respiro que ofreció la Presidenta Electa fue desaprovechada. La polémica reforma al Poder Judicial podría haber sido el espacio para ensanchar el diálogo y escuchar (sin que necesariamente hubiera significado conceder) las protestas y objeciones que se han manifestado, tanto de los trabajadores del Poder Judicial, como de estudiantes de universidades públicas y privadas. Ilusamente pensé que ese era el mensaje de Sheinbaum cuando pidió que se respetaran los procedimientos en la aprobación de la reforma. Sin embargo, no se abrió ni un espacio que permitiera que la Cámara de Diputados sesionara en San Lázaro, ni para que el debate parlamentario fuera público y conocido, pues la aprobación en lo general ocurrió a las 4:30 de la madrugada de ayer, en un recinto alternativo.

En realidad, no se entiende. De cualquier manera, Morena y sus satélites tienen los votos incondicionales. Privó más la inentendible prisa que una actitud legislativa republicana, abierta, digna, que mostrara ciertamente la fuerza de la mayoría, pero también la institucionalidad democrática de la nueva Cámara de Diputados y la JUCOPO. Frente a la sugerencia de la Presidenta Electa, ganó Mario Delgado con su anhelo de regalarle al Presidente López Obrador una reforma para que celebre sus fiestas patrias. Ese parece ser el peso del “¿Verdad Claudia?”. En 25 días conoceremos la altura de estadista, o no, de Claudia Sheinbaum, hoy no se ve.

POR ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ

PROFESOR INVESTIGADOR, ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y GOBIERNO TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@ARTUROSANCHEZG

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