En Estados Unidos parece haber un creciente apetito por la imposición de tarifas a las importaciones, en especial las procedentes de China directa o indirectamente. De hecho, tanto la vicepresidenta Kamala Harris, candidata presidencial demócrata, como el republicano Donald Trump, coinciden en visiones económicas nacionalistas aunque difieran en políticas.
En México, las reformas aprobadas por el Congreso en las últimas semanas dejan una lista de quehaceres al gobierno entrante de Claudia Sheinbaum, que en opinión de algunos son una prueba del poder del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador. Una nacionalización de última hora subraya esa impresión.
En ese marco, la aprobación de las reformas propuestas por el presidente López Obrador y la designación de algunos funcionarios en puestos clave parecen satisfacer a los sectores más radicales de Morena, la coalición gobernante, pero pone en apuros la capacidad de maniobra de Sheinbaum y tendría un impacto negativo sobre la Cuarta Transformación.
"Las empresas energéticas no invertirán sin una comisión reguladora de energía (CRE) independiente; los fabricantes dudarán más en invertir sin la protección de la ley antimonopolio y todos los inversores pensarán dos veces para hacerlo en un país que carece de la independencia judicial necesaria para proteger la santidad de los contratos", comentó Pamela Starr, catedrática de la Universidad del Sur de California antes de que comenzara la aprobación de las reformas promovidas por el presidente López Obrador.
De acuerdo con una variedad de opiniones en Estados Unidos, las acciones de López Obrador ponen a su sucesora en una situación difícil, en especial en cuanto a perspectivas económicas y un enredo en el que las interpretaciones legales del Tratado de comercio México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) pueden tener menos efecto que las imágenes de discordia.
Y la irritación estadounidense con su competidor chino no ayuda.
Ciertamente, en términos inmediatistas las cosas parecen positivas para México, especialmente con el influjo de inversiones internacionales –muy especialmente chinas– para aprovechar oportunidades del "nearshoring" y la cercanía con Estados Unidos.
Un reciente reporte de la cadena de televisión CNBC, especializada en economía, hizo notar los beneficios que México obtiene ya de la relocalización de empresas, y se refirió en especial a empresas chinas que buscan el sello "Hecho en México" para evadir las crecientes tarifas estadounidenses a sus productos.
Pero esa estrategia complica más la ya bizantina relación de México con Estados Unidos, donde los dos principales candidatos presidenciales mantienen plataformas nacionalistas y uno de ellos, el republicano Donald Trump, habla de establecer tarifas de hasta 200 por ciento a los vehículos importados, y la otra, la demócrata Kamala Harris, de mantener la actual política contra la importación de productos con componentes chinos.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
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MAAZ