Columna Invitada

¿Y Rocha?

Tras semanas de violencia en Sinaloa, la gente no sólo se pregunta dónde está el gobernador Rubén Rocha, sino también qué pasa por la cabeza del Gobierno Federal

¿Y Rocha?
Bosco de la Vega / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Hace quince días, Culiacán amaneció entre balas. Grupos delincuenciales comenzaron a agredir desde las seis de la mañana, sembrando pánico en la población. Dos semanas después, el miedo persiste.

Atrapada entre la violencia y la incompetencia del gobierno, la sociedad culiacanense ha tomado medidas extremas. Negocios cerrados, transporte público detenido, escuelas sin clases presenciales, fiestas patrias canceladas; un desierto urbano provocado por los delincuentes.

Con indiferencia y arrogancia, el gobernador Rubén Rocha insistió en los primeros días que no pasaba nada. Su secretario de Seguridad, con dos camiones ardiendo como fondo, negó que hubiera una situación anormal.

Esa afirmación no puede sostenerse ante la abrumadora evidencia: mujeres y hombres asesinados, bloqueos con vehículos en llamas, militares emboscados, personas despojadas de sus autos, balaceras, cuerpos mutilados, ponchallantas en las avenidas. La lista sigue.

Mientras la violencia sale de control, los culiacanenses se preguntan: ¿Y Rocha? El gobernador ha desaparecido. En lugar de informar y tomar acciones para regresar a la normalidad, ha optado por esconderse, traicionando el juramento que hizo a los sinaloenses.

Pero no es el único. En una afirmación fantasiosa más, el presidente López Obrador afirmó que en Sinaloa todo está tranquilo y que los medios exageran porque “están en su contra”. Sin embargo, cientos de videos e imágenes que documentan la violencia, desmienten el dicho presidencial.

Por si fuera poco, el Presidente culpó a Estados Unidos por la violencia desatada tras la detención de Ismael Zambada. Luego, vino una desafortunada declaración de un mando militar de que el fin de la violencia en Sinaloa no depende del Gobierno, sino de los grupos criminales.

En este contexto, es inevitable preguntarse de qué sirven tantos desfiles militares y celebrar con bombo y platillo el aniversario de la Guardia Nacional, cuando en Culiacán la gente no puede ni salir a comprar la despensa con tranquilidad.

Lo mismo se pregunta uno al escuchar en el Congreso los elogios a la reforma constitucional que termina de militarizar la Guardia Nacional, mientras la violencia opera libremente en el país y nadie parece poder (¿o querer?) detenerla.

Este gobierno llega a su fin, pero la violencia, que no entiende de sexenios, continuará. Ojalá en su gobierno Claudia Sheinbaum tome las decisiones difíciles que esta administración no pudo o no quiso tomar. La presidenta Sheinbaum, al momento de pedir cuentas quizás pregunte: ¿Y dónde estaba Rocha?

CUMULONIMBUS: “El mundo está en mayor peligro por aquellos que toleran o fomentan el mal, que por aquellos que lo cometen”, Albert Einstein.

POR BOSCO DE LA VEGA 

COLABORADOR 

@BOSCODELAV 

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