Desde Afuera

Los cabildeos, negociadores de poder

Operan en un área gris, donde la complejidad de las reglas hace borrosas las líneas de lo que se puede o no

Los cabildeos, negociadores de poder
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

En los pasillos de los edificios del Congreso estadounidense, cerca de los salones donde deliberan los comités que manejan los presupuestos, se ubica con regularidad un grupo de poder que los cínicos definen como Gucci Gulch.

Gucci, por la marca de ropas de lujo: Gulch, por el equivalente en español de valle o pasadizo. O si se quiere, hasta callejón.
En esos pasillos, cuando hay votación de leyes de asignación presupuestal, se concentran los y las encargadas de cabildear a lo largo de las paredes señalan la posición de sus representados sobre tal o cual legislación, con la tradicional seña del pulgar hacia arriba o hacia abajo.

Y los legisladores, especialmente en la Cámara baja, toman nota. Después de todo, sus siempre hambrientos cofres de campaña necesitan de los donativos que pueden recabar. El gasto y las donaciones de grupos de interés pueden llegar a ser la mitad del costo de una campaña electoral.

Los cabilderos son intermediarios o intercesores para donaciones políticas, que usan para abrir puertas y, según detractores, comprar influencias.

Solo en los primeros seis meses de 2024 han invertido más de dos mil millones de dólares. En el primer trimestre de este año su gasto fue de 1.2 mil millones de dólares, según la organización Open Secrets.

"Entre enero de 2023 y abril de 2024, las campañas políticas estadounidenses recolectaron 8.6 mil millones de dólares para las presidenciales, senatoriales y de la Cámara baja. Más de 65% fue de Comités de Acción Política (PACs)". Que en buena parte son lobbies interesados en apoyar políticas determinadas.

Las oficinas de cabildeo, por sí solas, gastaron 1.2 mil millones de dólares en el primer trimestre del año, según el grupo Open Secrets.

De acuerdo con por lo menos una formulación, "la política consiste en luchar por los escasos recursos gubernamentales: quién los obtiene, dónde, cuándo, por qué y cómo". En el caso de Estados Unidos, diversos grupos de interés, de iglesias y organizaciones benéficas a grupos comerciales y de industria están en busca de acceder a ellos para beneficio propio, de sus metas o sus representados.

La industria del lobby rebasaba ya en 2022 los 9 mil millones de dólares anuales en Estados Unidos,  sin considerar ni de lejos lo que pudiera representar para quienes contratan sus servicios. Tiene más de 12 mil practicantes registrados a niveles municipal, estatal y federal.

Son los "intereses especiales", los representantes de la influencia del dinero en el gobierno de la que se quejan algunos activistas. En algunos casos han llegado a redactar leyes, sea en el Congreso federal o en gobiernos estatales.
Pero no solo representan grupos industriales o comerciales. Grupos activistas diversos y hasta el propio gobierno de EU, mantienen sus propias oficinas de asuntos gubernamentales. cabilderos, bajo otro nombre.

De hecho, podría decirse que el principal cabildero del país es el propio presidente, que en ocasiones de importancia pasa buena parte de su tiempo dedicado a convencer y obtener o reafirmar el apoyo de legisladores en torno a tal o cual tema.

Y no es raro que empresas de cabildeo contraten a exfuncionarios y excongresistas como asesores para facilitar su acceso a actuales legisladores o en oficinas de gobierno.

En el mejor de los casos es una actividad que se mueve en un área gris: muchos creen que es necesaria, facilitadora de gobernanza, pero otros la califican como propiciatoria de corrupción y desbalances de poder.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                   

@CARRENOJOSE

EEZ

Temas