El tercer sector es como se le conoce al conjunto de instituciones, organizaciones y fundaciones que surgen por iniciativa de la sociedad civil para atender problemáticas sociales, ambientales y de desarrollo que han escapado a las posibilidades del Estado.
El actuar de la sociedad organizada en favor de causas sociales y ambientales es una de las grandes revoluciones del siglo XX. En México, estas organizaciones comenzaron a tener auge en la década de 1990 y, en la actualidad, se han convertido en una pieza fundamental de la economía.
En 2019, el Instituto Nacional de Desarrollo Social reportó la existencia de 42,269 organizaciones sin fines de lucro, y en 2022 la Cuenta Satélite de las Instituciones Sin Fines de Lucro presentada por el INEGI reveló que brindan empleo a 2,860,425 personas.
Una ONG tiene las mismas necesidades que una empresa: requiere personas colaboradoras, mantenimiento de sus instalaciones y fondos para el desarrollo de sus programas. Se les denomina "sin fines de lucro" porque, a diferencia de una empresa, no comercializan productos; en cambio, recaudan fondos destinados a problemáticas sociales. De ahí nace la falsa creencia de que este trabajo debería ser gratuito.
Aunque se dice que las y los mexicanos somos solidarios, generalmente solo lo somos ante emergencias o de manera esporádica. Aún no existe una cultura filantrópica sólida que permita a las ONG contar con los recursos y personal suficientes para mantener vivos sus proyectos, por lo que buscan apoyo de grandes corporaciones.
En mayo de 2021, para fortalecer a las organizaciones sin fines de lucro, se creó AmigOsc, un grupo multidisciplinario de profesionales cuya función es vincular a las ONG con empresas o entre ellas mismas para desarrollar proyectos, obtener voluntariado, comunicar de manera masiva sus causas y brindarles cursos, capacitaciones y asesorías especializadas. Actualmente, esta sociedad civil cuenta con una red de más de 400 organizaciones sin fines de lucro.
Ante la iniciativa del gobierno de crear una reforma para regular y limitar el financiamiento de las organizaciones de la sociedad civil para evitar "abusos" en cuanto a la deducción de impuestos de las empresas que realizan donativos, Eugenia María López Saldívar, Dr. Comunicación y Alianzas Estratégicas de AmigOsc, asegura que la ayuda de las organizaciones sin fines de lucro es real e impacta la vida de miles de personas. Estas organizaciones están constituidas de manera legal, y los recursos que obtienen se destinan a pagar nóminas y atender causas sociales.
Además, el SAT actualmente solo permite deducir el 7% del total de los ingresos a través de organizaciones sin fines de lucro, y estas tienen la obligación de presentar reportes y estados financieros sobre el uso de sus recursos, los cuales solo pueden destinarse a las actividades bajo las cuales se constituyó la ONG.
Una de las problemáticas a las que se enfrentan las ONG es la falta de un entorno favorable legal y fiscal, según un artículo de Daniel Jair Zorrilla Velázquez, panorama que podría complicarse con la propuesta en puerta por parte del gobierno.
Trabajar para el tercer sector es una labor apasionante, porque lo que se busca es hacer los cambios necesarios para construir una mejor sociedad. No se trata de restarles alcance, sino de ayudarles a que puedan sumar más.
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POR DULCE GALINDO VILLA
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