El 14 de agosto, la actriz estadounidense Gena Rowlands falleció tras cinco años de batalla contra el Alzheimer. Mientras los medios se apresuraron a rendirle tributo por su papel en Diario de una pasión, resulta lamentable que sus actuaciones más comprometidas se hayan visto relegadas a vivir bajo la sombra de la fama que obtuvo esta cinta.
En 1954, Rowlands contrajo matrimonio con el director norteamericano John Cassavetes. Juntos impulsaron el cine independiente estadounidense a nuevas alturas y comprobaron que se puede entablar una relación amorosa sin que ésta se vea comprometida por diferencias artísticas. De hecho, no es casualidad que los papeles más icónicos de Rowlands fueran concebidos y escritos por su propio marido. Al final del día, estos personajes no sólo exigían a la actriz por su complejidad psicológica, sino también por las similitudes que guardaban con su propia vida.
En Noche de estreno, por ejemplo, Rowlands da vida a una actriz que lucha contra las expectativas de un director que la presiona a medida que se acerca el estreno de una obra de teatro. Por otro lado, en Una mujer bajo la influencia, Rowlands interpreta a un ama de casa que pierde la cordura por verse entrometida en un matrimonio en el que no tiene control sobre su hogar, su familia, su mente, ni su propio cuerpo. En ambos casos, es inevitable preocuparse por la mujer detrás del personaje, ya que la intensidad de los roles que Cassavetes diseñó para ella conducen a Rowlands a un límite de despersonalización que pocos actores podrían llevar a cabo con semejante calidad actoral sin perder la razón en el trayecto.
Por ello, más allá de recordar a Gena Rowlands por su papel en Diario de una pasión, deberíamos rendirle el tributo que merece: recordarla, no como la esposa de un director famoso, sino como una de las pocas actrices que supieron poner en riesgo su salud en honor al arte que profesaba sin perder la vida en el intento.
Por ahora, sólo queda esperar que Gena, tras tanto desgaste en pantalla, finalmente descanse en paz.
POR TOMÁS LUJAMBIO
EEZ