Mirando al otro lado

Engullir la República

Dice la Real Academia Española que la palabra “engullir” significa “tragar la comida atropelladamente y sin mascarla”

Engullir la República
Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al otro lado / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Dice la Real Academia Española que la palabra “engullir” significa “tragar la comida atropelladamente y sin mascarla”. Me pregunté por qué, al pensar en esa imagen, invoco la presencia y el quehacer político de AMLO. No tengo idea de los hábitos gastronómicos del Presidente.

Pero sí percibo sus conductas políticas. Y esas conductas proyectan una personalidad que pretende engullir y dominar a todo lo que le rodea. Y obviamente quiere engullir atropelladamente lo que pueda en los últimos tres meses que le quedan como Presidente.

Sin embargo, lo más relevante de su escarceo intencional con el engullimiento de la sociedad, el poder y el dinero es la imposición que le ha encargado a los legisladores de Morena en el mes de septiembre. En ese mes, contando con una mayoría calificada ilegal en el Congreso, tanto la nueva virtual Presidenta-electa y sus legisladores aprobarán el último acto de venganza política de AMLO: desmembrará el Poder Judicial y asegurará que jueces, magistrados y ministros sean electos por voto popular.

Esa venganza es en represalia porque muchos jueces, magistrados y, muy especialmente, los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se resistieron a las presiones e intenciones del Presidente de la República para que aprobaran sus actos ilegales y/o contrarios a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La intención de AMLO es dejar sentadas las “bases de la Cuarta Transformación”. Esas bases pretenden fortalecer el Poder Ejecutivo (es decir, el Presidente) y debilitar todo aquello que lo estorbe en su camino al construir el absolutismo presidencialista.

Por tanto, el Poder Legislativo acepta debilitar al Poder Judicial, sin percatarse de que allana el camino para su propio aproximación a la irrelevancia dentro el proceso de toma de decisiones.

Si bien el país vive una transición que no es transición entre un gobernante y otro, se asoma el método transexenal de gobernanza. La intención del nuevo régimen político en ciernes es esparcir sus tentáculos en todos los resquicios de la sociedad, sin excepción.

Ha dicho la nueva Presidenta que va a quitar a los legisladores de representación proporcional como un paso decisivo para ir eliminando voces minoritarias o diferentes a la voz única e indivisible del gobernante en turno. También la reelección y, por qué no, la autonomía del órgano electoral.

Una primera expresión de esto es la colonización de los espacios de los medios de comunicación por parte de los corifeos del nuevo régimen. Se han esparcido como hongos en el rocío de la mañana. Al mismo tiempo que las voces oficialistas se multiplican, las disidentes se van apagando. Ahí está el caso de Latinus, por hablar de uno de los casos más flagrantes y preocupantes.

Claro, se argumenta: “somos una mayoría aplastante”. Sí, es verdad. Una verdad inesperada, pero es una verdad al final del día. Pero, ¿eso justifica aplastar las voces disidentes, minoritarias de la sociedad? En el pensamiento monolítico que emerge desde las entrañas de la sociedad mexicana, es perfectamente posible considerar que las voces diferentes o disidentes obran contra la maquinaria aplastante de la mayoría inerme.

También la nueva gobernante promete eliminar los órganos autónomos, cuya función esencial en una sociedad democrática es exigirle a la autoridad que rinda cuentas claras sobre sus acciones, gastos y decisiones en los ámbitos de su competencia. Los gobernantes permiten la existencia de los órganos autónomos siempre y cuando dejen de ser autónomos y respondan a los intereses del propio gobernante.

En la novela 1984 George Orwell describió el funcionamiento de la máquina del Estado en su fase de instrumento que opera con una dinámica arrolladora: cuando es una maquinaria que engulle todo lo que encuentra en su camino. Es una maquinaria implacable que se impone, por su lógica de control absoluto, a todo lo humano y a todos los humanos.

Esa es la descripción magistral que nos ofrece Orwell en su novela. Ni siquiera el Líder estaba por encima de la lógica del sistema. Su papel era intimidar, pero también terminaba intimidado por la lógica de la máquina estatal que engullía a todo lo que tocaba o encontraba en su camino.

La necesidad que tiene la 4T por destruir, y luego colonizar para controlar, al Poder Judicial es precisamente el mejor ejemplo de ese afán, después de haber logrado que los órganos electorales impusieran sus mayorías ilegales y tramposas. Según la lógica del nuevo régimen, todo está para ser engullido: el poder, luego a los opositores, luego el dinero, y, finalmente, ellos mismos.

Lo que Orwell pronosticaba era la autodestrucción de la humanidad. Lo que podemos pronosticar es el camino a la destrucción, primero, y la autodestrucción después, de las libertades, la democracia y la vida de una República independiente al final del camino de lo que nos ofrece este nuevo régimen político que se instauró a partir del 2 de junio, con el voto popular mayoritario.

Las masas se pueden equivocar y en México se equivocaron, al aceptar la oferta de los astutos elaboradores de mitos de los que gobiernan, ahora sí, a la República. Tan es así que abrieron el camino a una gran tragedia cultural e intelectual. El Rector de la UNAM, negándose a sí mismo y a la institución que encabeza, denunció y reprobó el trabajo de intelectuales críticos de la reforma judicial.

En vez de hacer lo que debió haber hecho- defender la libertad de expresión y cátedra-se alineó con los deseos de un gobierno que, día con día, va a tolerar menos y menos los análisis críticos y profundos sobre la sociedad.

El rector de la UNAM se alineó con la cerrazón y la censura. Traicionó su mandato y su compromiso sagrado con la búsqueda de la verdad y la inteligencia.

El siguiente paso será la eliminación de la libertad de cátedra y de expresión en las universidades del país. ¿No lo creen posible? El Rector ya dio el banderazo a la validación de ese camino. Lo que vendrá después hará llorar a generaciones de mexicanos. AMLO creó la bestial máquina estatal que le robará a la sociedad su alma y su cerebro.

Sheinbaum ya es rehén de ello y, para sobrevivir, deberá ahondar la dinámica de aprisionamiento de un país entero. Para tener éxito, deberán liquidar a toda la oposición sin excepción, pues, de no hacerlo, será ella misma destrozada por la máquina creada para engullir a la República entera.

POR RICARDO PASCOE

COLABORADOR

ricardopascoe@hotmail.com
@rpascoep

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