Don Filogonio caminaba plácidamente, eran tiempos electorales, una persona se le acercó y le regaló una bolsa que promovía al candidato don Perengano a un puesto de elección popular, en su interior contenía un volante con información del aspirante; Don Perengano fue alcalde, diputado, presidente municipal y todo un ramillete de cargos, el señor Casillas reflexiona, lo que no dice, es que por estos puestos le han pagado, ha cobrado, no lo hizo deoquis.
Al llegar a su casa, le dio la bolsa a su esposa doña Tranquilina, quien expresó, de perdido para echar basura y agregó, cuánta propaganda hay en las calles, lonas, pendones, carteles, volantes, espectaculares; a mi compadre Ambrosio, de perdido le dieron una playera, una gorra y una sombrilla, bien hace falta con este inclemente sol.
El Doctor Andrés Serra Rojas en su Diccionario de Ciencia Política, UNAM/FCE 1999, señala, “En política frecuentemente se usa la propaganda para confundir y engañar, con propósitos únicamente de apariencia, sistema del que se ha abusado en México y América Latina”, prueba de lo anterior son las 30 mil toneladas de basura electoral generadas tan sólo en la CDMX.
En este mar de desperdicio electoral, hay un oasis para conocer la propaganda de las elecciones de don Porfirio Díaz hasta la fecha, miles de objetos desfilan en el Museo del Objeto del Objeto (MODO), lo debemos a la creación de su director Bruno Newman.
En elecciones pasadas, los candidatos obsequiaron una serie artículos; lápices, relojes, vasos, cerillos, tarjetas telefónicas, discos de vinilo, botones o pines, encendedores, mandiles, llaveros, abanicos, entre otros objetos, todo esto y más se aprecia en el MODO.
Bruno Newman, estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana, de muy joven inició su peregrinar por el coleccionismo, primero con frascos de perfumes, timbres postales y de ahí para el real reunió muchos objetos, hasta rescatar 140 mil piezas fascinantes, entre ellos unos aretes de plata con la efigie de Francisco I Madero, obsequiados en la campaña presidencial del Apóstol de la Democracia, es autor de los libros Una gruesa de colecciones y Las de endenantes editados por La Gunilla.
El curador Juan Manuel Aurrecoechea escribe en la página del MODO, “México no está arriba y adelante, como prometió Luis Echeverría en 1970; ni el bienestar para la familia ha llegado, según aseguró Ernesto Zedillo en 1994; ni la sociedad se renovó moralmente, como pronóstico Miguel de la Madrid en 1982; ni habló México, como prometió Carlos Salinas de Gortari en 1988; ni el compromiso fue “contigo y con México”, como prometió Enrique Peña Nieto en 2012”.
Agrega Aurrecoechea, “Aquellas promesas podrán olvidarse, pero permanecen imborrables en cachuchas, camisetas, carteles, cuadernos escolares, juegos de lotería…los objetos se revelan como testigos insobornables de la historia…Mientras los botones de campaña de Porfirio Díaz semejan garigoleados camafeos destinados a lucirse en las solapas de las élites, los de las candidatas y los candidatos del siglo XXI adquieren la forma de enormes discos de plástico barato sin más adorno que el lema o la sonrisa del aspirante, buscan al pueblo llano”.
POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS
COLABORADOR
MAAZ