A pesar de los incuestionables avances y los constantes esfuerzos por visibilizar, desnormalizar, educar y combatir la violencia y desigualdad de género, es muy clara la deuda histórica que sigue existiendo con las mujeres en México y el mundo.
En ese contexto, vale la pena destacar que la industria del turismo es una de las que más mujeres emplean a nivel global; 54% de la fuerza laboral turística es ocupada por mujeres y, tanto la brecha salarial como la distribución de puestos directivos entre hombres y mujeres, es menor en el turismo que en otros sectores.
Además, esta industria beneficia de manera transversal a más de 130 ramas económicas que incluyen a otros grupos vulnerables.
El turismo, llamado por muchos como la industria del futuro, se reinventa cotidianamente para brindar un desarrollo sostenible a las naciones, logrando un ejercicio incluyente, de preservación, e incluso regeneración, de los recursos que otras industrias han agotado.
El turismo representa 10% de los nuevos empleos en el mundo, una de las principales fuentes de economía en nuestro país, 7.6% de nuestro PIB y en 10 años podría crecer hasta un 16.5%.
En Yucatán se ha hecho mucho por el empoderamiento de las mujeres, incluso, retrocediendo en el tiempo hasta 1916, Yucatán fue pionero en el tema al celebrar el primer Congreso Feminista.
El actual Gobierno, que encabeza Mauricio Vila Dosal, creó, por primera vez, la Secretaría de la Mujer, los Institutos Municipales de la Mujer, así como leyes para la protección y seguridad de las mujeres.
Desde la Secretaría de Turismo estatal hemos impulsado, capacitado y certificado a cientos de mujeres -cocineras, artesanas, guías, empresarias y más- quienes han visto en esta industria una oportunidad de desarrollo y autonomía económica, una alternativa para mantener la cohesión familiar y un vehículo de empoderamiento y orgullo.
Programas como las Aldeas Mayas han llevado turismo y empleo a comunidades marginadas donde ya son muchas las mujeres quienes traen el sustento para sus familias; son sus proyectos turísticos -restaurantes, recorridos o experiencias turísticas de diversos tipos- los que emplean a sus familiares y a miembros de su comunidad, generando grandes beneficios económicos, turísticos, de preservación patrimonial pero, más importante aún, de integración social, al evitar la migración laboral. Este es tan sólo un ejemplo del empoderamiento que transforma positiva y sosteniblemente a cientos de vidas gracias al turismo.
Sin duda, en el país, como en el mundo, aún queda mucho por hacer con respecto a las mujeres, en materia de seguridad, de educación y prevención, de equidad; pero estoy convencida de que son las mismas mujeres, empoderadas, quienes han sabido abrir las brechas necesarias con mucha más efectividad y precisión; por ello creo que el empoderamiento de las mujeres, a través de industrias sostenibles y conscientes, como la turística, puede generar un impacto mucho mayor que los -a veces burdos- mecanismos implementados por un mundo aún patriarcal.
MICHELLE FRIDMAN
SECRETARIA DE FOMENTO TURÍSTICO YUCATÁN
@MICH_FRIDMAN
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