La Nao de China

México: ¿puerta trasera de China?

Tras la reciente participación de la presidenta Claudia Sheinbaum en la reunión del G20 en Río de Janeiro, Brasil, han surgido nuevas críticas hacia México

México: ¿puerta trasera de China?
Adolfo Laborde / La Nao de China / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Tras la reciente participación de la presidenta Claudia Sheinbaum en la reunión del G20 en Río de Janeiro, Brasil, han surgido nuevas críticas hacia México. Estas provienen especialmente de figuras de la administración pública canadiense y de futuros funcionarios del gobierno de Donald Trump. La acusación central señala que México se ha convertido en el "patio trasero" comercial de China.

Según esta postura, el gigante asiático estaría utilizando a México para triangular productos hacia el mercado norteamericano, beneficiándose de las ventajas arancelarias del T-MEC. Esta práctica, conocida en comercio internacional como "salto arancelario", consiste en importar productos para reexportarlos sin incorporar un contenido regional o nacional significativo.  

Si bien no se puede generalizar esta práctica a la totalidad del comercio bilateral entre México y China, es factible que algunos importadores en México recurran a ella. Estas empresas, formalmente constituidas y reguladas bajo la normatividad nacional, cumplen con los requisitos establecidos por el T-MEC o por otros tratados comerciales para acceder a los beneficios que ofrecen. Esto incluye documentación clave, como certificados de origen o números de exportador autorizado, emitidos por la Secretaría de Economía.  

Desde un enfoque técnico, es importante reconocer que muchas importaciones provenientes de China consisten en bienes de capital, insumos o materiales esenciales para la manufactura mexicana, cuya mayor parte se destina al mercado de Norteamérica.

Por tanto, resulta fundamental evaluar de manera realista el origen de las críticas emitidas por nuestros socios comerciales.  
La mayoría de las importaciones desde China son realizadas por empresas privadas y particulares, mientras que los tres niveles de gobierno tienen una participación mucho menor en este comercio.

Estas empresas operan generalmente bajo una estructura de producción dispersa que, en línea con las teorías de ventajas comparativas, absolutas y competitivas, aprovechan las economías de escala para incrementar su competitividad. Sin embargo, los recientes cambios globales –como la pandemia de COVID-19 y los conflictos internacionales– han transformado este modelo de fragmentación global hacia uno de regionalización.  

En este contexto, las críticas de Canadá adquieren mayor relevancia. Durante los últimos años, Canadá ha sido desplazado como principal socio comercial de Estados Unidos, primero por China y ahora por México. En el caso de Estados Unidos, el replanteamiento de su estructura productiva responde a una estrategia de reindustrialización y repatriación de capitales. Este movimiento busca recuperar los beneficios que alguna vez obtuvieron bajo el sistema de libre comercio, cuando sus reglas regían la economía global. Sin embargo, el mundo unipolar ya no existe, y las normas que lo sustentaban han quedado atrás.  

Para México, estas críticas representan un llamado de atención. Es imprescindible que el gobierno no se limite a responder de manera reactiva, sino que adopte una estrategia proactiva basada en un nuevo modelo de desarrollo nacional. En este, la política industrial y la diversificación comercial deben desempeñar roles clave. Solo así será posible fortalecer la economía mexicana y consolidar su posición en un panorama global cada vez más competitivo y regionalizado.  Ante todo esto, ¿es México puerta trasera de China?

POR ADOLFO LABORDE

COLABORADOR EXREPRESENTANTE DE SECRETARÍA DE ECONOMÍA EN JAPÓN

@ADOLFOLABORDE71

MAAZ

 

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