La reciente elección presidencial en Uruguay fue ejemplar por varias razones, y el triunfo de Yamandú Orsi y Carolina Cosse significa otro eslabón en la cadena de gobiernos de izquierda en Latinoamérica.
La victoria de su heredero político seguramente causó regocijo a un líder de grandeza mayúscula, José Mujica, el presidente cuya austeridad potenció su fuerza política y hoy, a sus 90 años, es historia viviente de combatividad, dolor (sobrevivió a seis balazos y más de 12 años de prisión), fortaleza, generosidad y patriotismo.
La ejemplaridad de la elección uruguaya incluye la impecable organización del órgano electoral, la celeridad con que el presidente Luis Lacalle y el candidato derrotado, Álvaro Delgado, reconocieron los resultados, y la participación del electorado, que alcanzó casi 90%, porcentaje alto, aun cuando la abstención amerita multa en Uruguay y, naturalmente, ello incentiva el voto.
Como señaló Daniel Zovatto, gran promotor de la democracia en Latinoamérica, la democracia uruguaya goza de buena salud y se demostró el domingo 24 de noviembre, en víspera de cumplirse 40 años de la celebración de los comicios de 1984, que abrieron “el camino del retorno del Uruguay a la democracia”.
Si bien la narrativa de la oposición sostiene lo contrario, en México la democracia también goza de buena salud, por más que la Cuarta Transformación tenga el dominio de los tres poderes federales y la mayoría de las gubernaturas. Tal acumulación de poder -hay que decirlo- es peligrosa y puede conducir al autoritarismo, pero es temprano para suponer que éste se materializará. Cierto que legisladores de la 4T han actuado como aplanadora en algunas iniciativas, pero otras han sido votadas también por la oposición. Importa señalar dos ángulos de la actualidad mexicana:
1) No es reprochable a la 4T que use su mayoría para aprobar iniciativas fundamentales para ella, porque justo para eso sirve la mayoría calificada que logra con sus aliados. Si no fuera a usarse nunca, no tendría sentido exigir mayoría calificada para aprobar reformas constitucionales.
2) Sin mengua de lo anterior, la aplanadora legislativa no debe aplicarse siempre, porque ahí sí habría rasgos autoritarios y se desnaturalizaría el carácter deliberativo y de acuerdo que debe tener todo órgano parlamentario.
Dos de los rubros más polémicos en este sexenio son la asignación de legisladores de representación proporcional, que permitió obtener mayoría calificada a los grupos parlamentarios de la 4T en ambas Cámaras, y la legitimidad de la reforma judicial.
Polémicas aparte, lo cierto es que en ambos casos se aplicó el texto constitucional. Para el Congreso se emplearon los criterios que siempre se habían usado y en la reforma judicial, lo mismo. Ciertamente, tales criterios no gustaron a opositores y a una parte importante de la Suprema Corte, pero la pretensión de unos y otra era actuar ahora de forma distinta a como se hizo antes. Y esto sí que habría sido grave y sumamente antidemocrático.
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México tiene un gobierno fuerte y un partido poderoso. Es claro que necesita una oposición vigorosa… y también es claro que hoy ésta no existe. Con liderazgos minados por las acusaciones de corrupción, PAN y PRI se han sumergido en la negación de realidades y en el rechazo a casi todo lo que proceda de la 4T. Apenas Movimiento Ciudadano ofrece una alternativa firme frente a Morena.
Desde el sábado 23 de noviembre, tal escenario tiene un nuevo actor que viene de las manifestaciones de la llamada “Marea rosa” y se nutre con rescoldos del PRD y desprendimientos del PAN, además de ciudadanos que rechazan postulados y políticas de la 4T. El Frente Cívico Nacional (entiendo que es su nombre provisional) es el convocante del futuro partido que no adoptará ideologías de izquierda ni de derecha, ha dicho su combativo líder, Guadalupe Acosta Naranjo, otrora líder perredista.
Si bien la falta de ideología será criticada por muchos, pragmáticamente no podría ser de otra manera, cuando se quiere acoger a ex militantes de derecha y de izquierda.
Aunque se dicen muy seguros de convertirse en partido político, ciertamente el camino es largo, sinuoso, difícil, pero de cara a intereses democráticos, es deseable que consigan su registro, para lo cual -como lo dispone la ley- presentarán su solicitud en el INE, tan pronto como enero próximo.
Entre los personajes más notables que asistieron al lanzamiento figuran Fernando Belaunzarán, Beatriz Pagés, Gustavo Madero, Emilio Álvarez Icaza, Leonardo Valdés, Cecilia Soto y Carlos Navarrete.
¿Será el hoy protopartido una oposición fuerte e inteligente que es útil en una democracia? Por lo pronto, es una prueba más de que, contra lo que pregonan muchos malquerientes de la 4T, la democracia electoral tiene genuina vigencia en México.
POR EDUARDO R. HUCHIM
@EDUARDORHUCHIM
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