Columna Invitada

¿Autoevaluación u omisión?

No es casual que el primer caído a manos del régimen autoritario, fuera el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) durante la reforma constitucional de 2019

¿Autoevaluación u omisión?
Ana Lilia Herrera Anzaldo / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Muerta la trinidad constitucional de los contrapesos (poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial), así como varios de sus apóstoles, representados en organismos constitucionales autónomos que velaban por el acceso a nuestros derechos y blindaban al ejercicio público de excesos e intromisiones políticas, lo que resta es someter a las mayorías y cooptar voluntades.

No es casual que el primer caído a manos del régimen autoritario, fuera el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) durante la reforma constitucional de 2019. En largas mesas de análisis y discusión, que mucho enmendaron la plana a la iniciativa presidencial que arrasaba hasta con la autonomía universitaria, Morena y su gobierno omitieron la palabra “evaluación” por considerarla neoliberal; fueron obligados a incluir un párrafo que describe el proceso de evaluación docente y lograron eliminar la evaluación del sistema educativo nacional, que se proponía garantizar el derecho a una educación de equidad y calidad para todas las personas.

En campaña prometieron eliminar la evaluación educativa, pero nunca aclararon que se referían a la propia. En cambio, desaparecieron el INIFED (Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa) y degradaron el INEE a la categoría que tuvo cuando surgió en 2002: como organismo descentralizado y ahora dependiente de la Secretaría de Educación Pública, convirtiéndose así el Ejecutivo, en juez y parte.

La aplanadora legislativa de Morena, PT y PVEM, se encargó de aprobar la legislación secundaria y los recortes presupuestales necesarios para desmantelar políticas que, si bien eran insuficientes, tenían tendencias crecientes e indicadores para ser evaluadas: adiós a las escuelas de tiempo completo; reducción al Programa Nacional de Inglés; cero pesos a educación inicial y mucho menos a la promesa de un fondo federal que de forma progresiva garantizara educación superior gratuita y obligatoria a la que obliga nuestra máxima norma.

Lo que sí pagarán nuestros impuestos, son becas. El Presupuesto 2025 incrementa a más del doble las becas para estudiantes de primaria y secundaria, que son bienvenidas para completar la inversión educativa de las familias, pero no sustituyen la obligación gubernamental de actualizar y capacitar al magisterio, ni tampoco justifican la persistencia de 6 mil escuelas sin baños; 56 mil 109 sin agua; 43 mil 558 sin lavamanos y 26 mil 463 sin energía eléctrica, como denunció recientemente la organización Mexicanos Primero.

El gasto por alumno según nivel educativo, calculado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, A.C. (CIEP), da cuenta del desinterés gubernamental por invertir en el desarrollo y formación de personas libres y críticas: en posgrado pasamos de 95 mil 248 pesos por alumno en 2015, a 66 mil 196 pesos en 2025; de 80 mil 257 pesos por estudiante de nivel superior, a 57 mil 314 pesos para el año siguiente y en media superior, de 38 mil 764 a 34 mil 871 pesos por cada persona inscrita. ¿Lo mismo, pero más barato”, será la consigna para cumplir la promesa de educación superior universal?

Con el gasto educativo más bajo del siglo como proporción del PIB (3.16%), el autoritarismo asegura un lugar en la escuela, pero se deslinda de los resultados.

¿Quién le pondrá límites a un gobierno autoritario que cerró su primer sexenio con la cobertura educativa y los aprendizajes a la baja? ¿vamos “requetebién” si en un sexenio los porcentajes de estudiantes de 15 años que evalúa la prueba PISA se redujeron de 41.7% a 34.2% en matemáticas; del 55.6% al 53.1% en lectura, y del 53.1% al 49.2% en ciencias?

¿Cómo defender a la comunidad escolar de abusos y omisiones? ¿Nos vamos a resignar a tener planteles públicos que carecen hasta de contenidos pertinentes en los libros de texto?

Si de verdad la transformación que pregonan apunta a la excelencia educativa, advirtámosles que desmantelar el sistema educativo y apostar por la autocomplacencia y la opacidad, son acciones propias de gobiernos autoritarios, que una vez que matan a sus contrapesos, solo buscan lucrar con la necesidad y adoctrinar para cooptar voluntades y votos…

POR ANA LILIA HERRERA ANZALDO

@ANALILIAHERRERA

PRESIDENTA DEL PRI EDOMEX

PAL

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