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Trump ¿cómo un César?

Cuando el próximo 20 de enero Donald Trump tome posesión como el presidente número 47, Estados Unidos entrarán también en una era incierta

Trump ¿cómo un César?
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Cuando el próximo 20 de enero Donald Trump tome posesión como el presidente número 47, Estados Unidos entrarán también en una era incierta que, según algunos temores, podría presagiar cambios tan profundos como la llegada del "cesarismo". De acuerdo con una variedad de repotes, el ahora presidente electo Trump se prepara a tomar medidas que pondrán al menos 50 mil activistas leales en puestos de gobierno en los que remplazarán a funcionarios de niveles medios y superiores en la estructura del gobierno estadounidense.

La idea central sería poner a elementos identificados con las ideas de Trump y creyentes ideológicos en causas de derecha para asegurar que ningún proceso estorbe las órdenes y los planes del mandatario. Incluso, indicó un informe, Trump planea designar una junta revisora para eliminar a militares de alto grado que no estén dispuestos a obedecer plenamente las órdenes del mandatario, incluso algunas vistas como inconstitucionales, por ejemplo, acciones contra "enemigos internos" como Trump califica a sus críticos y adversarios. 

Durante la campaña, hubo reportes de propuestas contenidas en un proyecto elaborado por la derechista Fundación Heritage, que detallaba medidas que podría tomar Trump para asegurar la ejecución de sus mandatos. En ese momento, voceros republicanos negaron que hubiera esas intenciones, pero algunos de esos planes parecen tener paralelo con actitudes actuales.

Las expresiones de preocupación se han multiplicado a partir de que los republicanos alcanzaron las curules necesarias para tener una pequeña mayoría en la Cámara de Representantes (diputados) para completar lo que se ve ahora como una "trifecta" con los triunfos en la Presidencia y el Senado.

La actual composición del gobierno deja a Trump en control del Congreso y de la mayoría en la Corte Suprema de Justicia, donde seis de los nueve magistrados fueron nombrados por presidentes republicanos y tres de ellos por el propio Trump en su Presidencia (2016-2020).

El mismo Trump ha comenzado a señalar, al menos en broma, que no le importaría ser reelecto en 2028, aunque la Constitución lo limita a dos términos, y de hecho dijo a líderes legislativos republicanos que "sospecho que no volveré a postularme, a menos que (ustedes) hagan algo", lo que podría implicar una reinterpretación, o hasta una modificación, de la Carta Magna estadounidense.

Por lo pronto, la situación hace poco por tranquilizar a críticos del mandatario, que lo han acusado de tendencias autoritarias, de ser un peligro para la democracia y de ser protagonista de un "cesarismo" que puede terminar con la república como se conocía hasta ahora. Los republicanos, por su parte, reclaman un mandato del pueblo estadounidense para ir adelante con planes que, de cumplirse, podrían poner a prueba a las instituciones estadounidenses como el Cesarismo puso a la república romana, a la que acabó por enterrar.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                                

@CARRENOJOSE

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