DILEMAS MILLENNIALS

¿Las mujeres somos libres?

Estamos en medio de una gran ola de empoderamiento femenino en México: tenemos a nuestra primera presidenta

¿Las mujeres somos libres?
Dulce Elena Galindo Villa / Dilemas Millennials / Opinión El Heraldo de México Foto: Heraldo de México

Estamos en medio de una gran ola de empoderamiento femenino en México: tenemos a nuestra primera presidenta, una ley que nos protege y diversas iniciativas que promueven la igualdad de género. Pero, ¿esa libertad existe en nuestra mente?

Para mí ha resultado complejo definir mi identidad como mujer y mi rol en la sociedad, existen diversos estereotipos que promueven creencias y expectativas contradictorias entre sí, rivalidad que en ocasiones percibo en las relaciones entre mujeres.

Por ejemplo, existen las tradwife, mujeres que deciden ejercer el rol de una esposa tradicional que defienden los valores como la maternidad, la vida familiar y la cocina en casa, mientras que el esposo inyecta el capital al hogar, este es un estilo de vida se ha convertido tendencia en Estados Unidos por tiktokers como RoRo y Hannah Neeleman, mientras que en México ha empezado a ganar popularidad.

Por el otro lado, tenemos a las girlboss, aquellas mujeres profesionistas, empresarias o emprendedoras que logran ser autosuficientes económicamente tener su casa, su coche, se visten súper a la moda y tiende a tener relaciones más igualitarias, estereotipo con mayor fuerza en México, en la actualidad.

También he observado que hay otro tipo de mujeres, las que deciden no casarse, no tener descendencia, tampoco son empresarias o profesionistas apasionadas y deciden dedicarse a trabajar, aprender, viajar, “espíritus libres”. En mi caso, me han dado ganas de ser un poquito de todos estos estereotipos; durante mi adolescencia soñaba ser una mujer profesionista, sin hijos, que viajará por todo el mundo, odiaba hacer labores domésticas, solo pensaba en irme de fiesta, trabajar y estudiar.

Porque veía en que las mujeres se casaban, tenían hijos y la mayoría eran violentadas y pensé que eso del matrimonio no era un buen camino. Cuando concluí mi carrera y me di cuenta que la cosa no era tan sencilla, me dieron ganas de irme a vagar por el mundo, ser un espíritu libre, para no cumplir las expectativas de nadie, ni las mías, porque en ese momento me frustraba la idea no lograr mis metas, pero no me fui. Me dispuse a trabajar, un poco pérdida, porque no sabía exactamente cómo iba a llegar a dónde quería.

Ahora por fin, he visto la luz al final el camino en cuanto a mi profesión, soy autosuficiente de manera económica, vivo en pareja en la que hasta el momento he logrado tener una relación de iguales, en la que cuando me corresponde hacer labores domésticas las disfruto, incluso cocinar para mi novio.

Pero ahora, a mis casi 33, empieza a aparecer en el panorama el tema de la maternidad, paso que me aterra, porque siento que en automático me haría perder lo que he avanzado en cuanto a mi profesión, suena terrible, pero así lo siento, porque escucho decir a otras mujeres que, cuando tienes un hijo, tú ya no eres prioridad, que quizá hay que pausar un poco, que al final la mujer carga con la mayor responsabilidad o que necesitas recursos suficientes para contratar ayuda y así puedas seguir creciendo.

Rumores que confirman datos como que la desigualdad de ingresos entre mujeres y hombres se debe a que tenemos que dedicar más tiempo a las tareas del hogar, lo que limita nuestras oportunidades laborales. Además, ocupamos posiciones de menor jerarquía y enfrentamos obstáculos para crecer, debido a la falta de flexibilidad para equilibrar nuestras tareas laborales y personales.

Toda esta información que recibo saturan mi cabeza y descubro que no soy libre, porque si bien, me hace ilusión formar una familia, estoy invadida de estereotipos y datos contundentes que durante toda la vida me han hecho visualizar este hecho como algo catastrófico.

¿Cómo puedo empezar a liberarme?

Como lo hice antes, cuando vivir en pareja me parecía aterrador.

1. Entendiendo que soy más que un estereotipo, que no debo cumplir con alguno y que puedo tomar inspiración de todos los modelos que existen para crear la versión de ser mujer con la que me sienta bien.

2. Ubicarme en el contexto actual, es cierto que no estoy en un país donde exista la igualdad, pero cada vez es más común que en las empresas pongan en práctica iniciativas para disminuir la brecha de género, y es importante buscar esos espacios de trabajo donde se nos permita desarrollar nuestro potencial. Por ejemplo, El Heraldo Media Group, es el primer empresa de medios en certificarse en igualdad laboral y no discriminación, se nos capacita respecto al tema lo que nos ayuda a ir creando un mejor ambiente organizacional además de aplicarlo en nuestra profesión.

3. Platicar el tema en pareja, primero para ver cómo es que visualizamos cada uno el hecho de formar una familia y a la par de seguir fomentando nuestro crecimiento profesional.

La libertad empieza en la mente. A medida que aprendes más sobre temas de género, adquieres herramientas para tomar decisiones más conscientes y encontrar los espacios donde puedes ser quien realmente deseas ser: una tradwife, una girlboss, un espíritu libre, una combinación. Al final, esa es la esencia de esta lucha: tener la libertad de elegir sin sentirte atada a ningún molde.

Si encuentras complicaciones, te comparto la lección más importante que me ha dejado ser mujer en México: tenemos la capacidad de crear en la adversidad.

POR DULCE ELENA GALINDO VILLA

COLABORADORA

@DULCEGALINDOVILLA

MAAZ

 

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