Columna Invitada

Un mundo cruel

Hoy pocos quieren saber de madurez, llantitas, canas o arrugas, se ofrecen todo tipo de productos y se promueven estilos de vida para mantenerse joven por siempre, o vigentes por siempre

Un mundo cruel
Mónica Castelazo / Columna invitada / El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Y no estoy hablando solamente de las realidades divergentes a la nuestra, desde donde de manera limitada -por nuestros sesgos inconscientes-, muchas veces concluimos que el infierno está presente en costumbres culturales o religiosas de quienes no viven como nosotros. Hablo del rol mediático de la figura de la mujer, quien ha sido expuesta como un objeto de ornato para vender, con ciertas exigencias y características que si no se cumplen la sacan de la ecuación volviendo obsoleta e irrelevante.   

Históricamente, a las mujeres se nos ha tratado como carnada, ya sea por la biología real de la  atracción y ese magnetismo innegable que hace que atraigamos personas, cosas y situaciones, o por nuestra capacidad de mediar las energías dominantes violentas del patriarcado en el que vivimos. Pensemos en una muchacha en poca ropa fotografiada para un calendario y que termina en la pared de algún taller mecánico. O en la frase: Jalan más un par de tetas, que un par de carretas; clásicos del patriarcado manipulador. Pero, realmente ¿quién manipula a quién?

Hoy pocos quieren saber de madurez, llantitas, canas o arrugas, se ofrecen todo tipo de productos y se promueven estilos de vida para mantenerse joven por siempre, o vigentes por siempre. Nadie quiere ser sustituido por una nueva generación ni en su trabajo o por su pareja; nadie quiere aceptar el innegable proceso de crecimiento, decrepitud y muerte, que son parte natural de la vida. Lo natural nos interesa solamente en la comida, para por cierto vivir por siempre y retar a la propia naturaleza.

Este trato no es más que el reflejo de una falta de respeto por la fuente creativa del universo, por la creación en si misma. Es la antesala a jugar a ser Dios con las IA´s deshaciendo de millones de puestos de trabajo para poner en su lugar a máquinas; es la denigración de la vida misma, sustituida por la energía destructiva de creer merecerlo todo y provocar por ello el caos, olvidando leyes de correspondencia básicas en el universo.

Carne fresca constante en el reflector, nuevos talentos con nuevas caras y cuerpos, que sustituyen como productos de anaquel a aquellos que fueron relevantes. Nuevas conquistas para el nuevo cazador del siglo XXI, el sinónimo más puro de la depredación tanto de los recursos del planeta como del propio femenino. 

En la medida que nuestra comunicación interna, social y transversal no sea más honesta, no podremos entender la verdadera igualdad, y la diversidad será una fantasía de personajes emplumados con pestañas postizas, no lograremos una verdadera inclusión, donde quepamos viejos y jóvenes como en la naturaleza caben flores en capullos y marchitas, danzando bajo el sol.

POR MÓNICA CASTELAZO ES GERENTE SR. DE ASUNTOS CORPORATIVOS EN TEVA PHARMA MÉXICO.
X: @MONICACASTELAZO

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