Definiciones

Presidenta

El nombre de Claudia Sheinbaum ya ha quedado escrito en la historia. Se ganó su lugar. Ella definirá con sus decisiones lo que esa historia contará de su gobierno

Presidenta
Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

El nombre de Claudia Sheinbaum ya ha quedado escrito en la historia. Se ganó su lugar. Nadie le regaló nada. Ella definirá en los próximos días y años, con sus decisiones y su estilo, lo que esa historia contará de su gobierno.

Es histórica ya, porque se convirtió en la primera mujer presidenta de nuestro país, y su nombre puede trascender como alguien que dejó un mejor México del que recibió, uno más próspero, en paz y unido, o uno enfrentado y dividido.

Claudia, a quien propios y extraños le reconocen disciplina, carácter, inteligencia y tenacidad, puede significar un parteaguas: un antes y un después.

Hoy México arrastra una crisis de violencia e inseguridad heredada, que dejó al que recién terminó como el sexenio más sangriento de la historia: 200 mil asesinatos y decenas de miles de desaparecidos; la decadencia del sistema de salud que ha dejado a millones de niños sin vacunas es innegable; el rezago educativo incluye la deserción escolar de al menos un millón y medio de estudiantes; la corrupción sigue boyante y no se acabó con el nepotismo ni la opacidad en la asignación de contratos públicos.

Los retos son enormes. La expectativa también. Sheinbaum llega a la Presidencia con legitimidad y contundencia. Arrasó en las urnas y se convirtió en la persona más votada en la historia de México, con casi 36 millones de votos. Es momento de capitalizar ese enorme bono en beneficio de todos.

El deseo genuino es que tenga éxito; que le vaya muy bien. Que cumpla con la promesa de gobernar para todas y todos -como lo dijo ayer en el Congreso-, por encima de diferencias políticas y partidistas naturales en una democracia. Que logre pacificar al país y tener un mejor sistema de salud, una mayor calidad educativa, entre muchas otras cosas. Que haya prosperidad, crecimiento y empleo digno y bien pagado. Que gobierne en un marco de libertades y no vea en las críticas adversarios a aplastar y destruir.

La presidenta imprimirá su sello. Tiene mucho a su alcance para transformar para bien nuestro país, pero no puede sola.

Necesita hacerse acompañar de todos. De quienes votaron por ella y quienes no. De quienes piensan como ella y quienes no. De quienes militan en su movimiento y quienes no. Todos lo sectores deben participar. Desde los trabajadores y campesinos, las comerciantes, estudiantes y amas de casa, hasta empresarios, académicos y activistas. Todos somos parte de México.

Ayer su primer mensaje desde la Tribuna del Congreso, minutos después de su toma de protesta, es prometedor. Un manejo económico responsable, que respete la autonomía del Banco de México, que permita condiciones para la inversión; que propicie certidumbre económica. Eso traerá empleo y prosperidad, pacificación y disminución de la violencia.

Se requiere dialogo y reconciliación. Escuchar a todos, no solo a los incondicionales. Que tenga suerte, Presidenta. Mucha suerte. 

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN    

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM                               

@MLOPEZSANMARTIN 

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