Columna invitada

La aporía de Palestina…

A la luz de los hechos actuales, no parecería atrevido advertir que “estamos ante un proceso que recorre primero el momento del abandono calculado, las privaciones y las humillaciones

La aporía de Palestina…
Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Existe una inviabilidad de orden racional, algo fundamentalmente erróneo en contra de los pueblos de la antigua Canaán y de sus vecinos. Atestiguar lo que sucede en Gaza, Cisjordania, Jerusalén del Este, y recientemente en el Líbano, nos convoca a una reflexión profunda sobre la condición humana y su sistemática deshumanización. Preguntas como ¿qué ha sucedido? ¿por qué? o ¿cómo pudo volver a suceder?, son precisas para advertir la necesidad de regresar a interpretar los horrores propios de los regímenes fascistas, como el nazismo alemán, y examinar el exterminio y la desaparición masivos del presente, a la luz de las decisiones del régimen sionista israelí, y poner a prueba el repertorio de instrumentos hermenéuticos para advertir cómo algunos conceptos han perdido su valor específico y han devenido irreconocibles para la comprensión humana.

A la luz de los hechos actuales, no parecería atrevido advertir que “estamos ante un proceso que recorre primero el momento del abandono calculado, las privaciones y las humillaciones; luego el hambre, hasta la supervivencia forzada a costa de lo que sea para terminar en esa igualdad primaria que es aplastar a las víctimas que después serán exterminadas de manera calculada y ordenadamente” (Hannah Arendt, La imagen del infierno). La desmesurada catástrofe que implica el genocidio actual en Gaza (y que amenaza con extenderse al Líbano), junto con sus efectos perversos, son, en realidad, el núcleo de las interrogaciones filosóficas que la propia filósofa judío-alemana-estadounidense, Arendt hizo en relación con el Holocausto.

El mal extremo que “obra en el campo” y que “quita la humanidad”, fue interpretado por Arendt, como un tipo de mal novedoso: el “crimen contra la humanidad”; un mal que se comete “contra la condición humana” como tentativa de cancelar y eliminar de la faz de la tierra a una parte de la propia humanidad.

En Auschwitz, como hoy en Gaza, el proceso de deshumanización de los “apresados” descrito por Arendt, muestra con absoluta claridad, la imagen de una catástrofe en la que no podemos dejar de tomar parte. En realidad, ayer y hoy, se trata de la historia más difícil de contar, ya que el tema incide en nuestra capacidad para comprender un evento no importa cuán alejados estemos de él. Esta dificultad consiste en enfrentarse con un proceso calculado de descomposición de la personalidad humana (judíos o gazatíes, según el momento histórico), “culminado con su destrucción psicológica y física; una vez socavada la persona humana apenas si queda en el individuo la raíz de su distinción singular”, decía Arendt.

La historia ha podido constatar cómo los seres humanos pueden ser transformados en especímenes del animal humano. La Franja de Gaza es hoy el mundo de los moribundos, donde se enseña a las personas que son superfluos a través de un estilo de vida en el que se encuentran con un castigo sin conexión con el delito, en donde se realiza el trabajo y diariamente se fabrica el absurdo, exactamente igual que en los “campos de la muerte” a los que Hannah Arendt constantemente recurrió.

Hoy se ponen en duda las convicciones, los conceptos y los criterios, a partir de los cuales, la tradición occidental marcó y ha marcado los límites entre lo “posible” y lo “imposible” en el mundo.

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ
@DIEGOLGPN

PAL

Temas